El 80% de lo que se produce en las curtiembres nacionales se destina a la exportación y el 20% para el mercado local.
Durante 2005, las exportaciones fueron superiores a las u$s 750 M, según datos de la Cámara de la Industria Curtidora Argentina, con ventas destacadas a China, 173 M; EE.UU., 130 M; Países Bajos, 79 M; México, 75 M e Italia, 61 M. Hasta julio de este año esos países superaban compras por u$s 300 millones sobre un total de 440.
El mercado internacional tiene una buena percepción de las empresas curtidoras argentinas, ya que siempre cumplieron con los contratos en forma y calidad.
Los mercados que compiten son Brasil como número uno, además de Uruguay, que si bien no tiene mucho volumen es una alternativa al igual que China e Italia, aunque tienen problemas de precios.
Debido a las exigencias de los mercados internacionales, Argentina realizó muchas inversiones en la industria curtidora con la compra de maquinarias en Italia, que es el mayor proveedor.
Juan Koppany, gerente de Cidec (Compañía Industrial del Cuero) contó a Infocampo, que a pesar de los conflictos que tiene el sector por el cierre de las exportaciones, hay un pico de venta muy importante, es por esto que el año pasado realizaron compras de maquinaria por u$s 1,5 M. Esto se debió a la demanda externa, pero no se llega al cumplimiento total de pedidos por la faltante de cueros.
También indicó que Argentina logró posicionarse en este mercado por ser un país en el que la ganadería es uno de los sectores más importantes.
En este contexto, se dieron todas las condiciones para acceder a mercados inaccesibles durante décadas. Los ejemplos están en que en el Mercado Común Europeo los subsidios bajaron y ya no resulta competitivo; por otra parte, en Estados Unidos la problemática de la vaca loca frenó la exportación y desapareció ese competidor que era de gran envergadura.
Se suma que Rusia, que años atrás tenía un plantel ganadero muy importante y se autoabastecía a costos subsidiados, cuando ordena la economía interna se dan cuenta que el costo de criar una vaca era cinco veces más caro que el de comprar afuera. Es por esto que en los últimos tres años, ese país es el mayor comprador de carne argentina. Como broche, otro de los puntos es que Brasil tiene aftosa y no le compran carne.
El empresario aseguró que si bien hasta febrero de 2006 las perspectivas de la industria eran normales y hasta francamente promisorias, y el futuro de la ganadería nacional era optimista como consecuencia del aumento del consumo de carne local y un incremento de la exportación, esta situación cambió por la Resolución 114/06, del Ministerio de Economía, que prohíbe por 180 días la exportaciónes de carne vacuna.
Además, la baja de la matanza en un 30%, con el cambio brusco en las expectativas de la oferta de cueros crudos y la necesidad de dar cumplimiento a pedidos existentes, produjo un alza en el precio de este commodity.
El precio del cuero salado que estaba en u$s 1,35 en marzo, subió a u$s 2,10 y ahora se posiciona en u$s 1,90. Esto se debe a la gran demanda y la poca matanza de cabezas que a julio había sido de 8,1 millones de cabezas y a julio 2006, de 6,9 millones.
Eliana Ramos
eramos@infocampo.com.ar
