En primer lugar, la entidad se refirió a la resolución 645/05, que fijó los nuevos pesos de faena y suspendió por 180 días la matanza de terneros y novillitos/vaquillonas de menos de 300 kilos.
Después de recordar que toda la cadena de ganados y carnes había solicitado el incremento del peso máximo de faena, Ciccra destacó que el sector “es consciente de que es el aumento de la producción el único camino para atender el consumo interno y la creciente demanda externa”.
En cuanto a las disidencias que despertaron las nuevas limitaciones, la entidad consideró que “la mayoría de los que se oponen no lo hacen a la medida sino a la manera en que se hizo. A todos nos hubiera parecido mejor que se hubiera adoptado con incentivos a la faena de animales más pesados, pero todos sabemos que eso sólo se puede hacer por ley y que en este año electoral no se hubiera logrado”. Además, el documento de Ciccra reconoció que sólo aquellos “feedloteros” dedicados a la producción de terneros/as y novillitos/vaquillonas, “que no son todos, sienten que la medida los afecta económicamente dado que los índices de conversión van disminuyendo con el crecimiento del animal”.
En segundo lugar, la entidad se refirió a las auditorías que está recibiendo la cadena cárnica de Brasil “ante el aumento de la presión política de los productores ganaderos de Europa”.
Según Ciccra, la fiscalización sobre la trazabilidad del vecino país generaría una situación “delicada, pudiendo llegar a severas limitaciones temporarias a la exportación de carnes frescas de Brasil para ese mercado”.
Ante este panorama, la entidad instó a mejorar el “cuestionado” sistema local y advirtió que “el Senasa ha sometido a consideración una propuesta de norma que no sólo no corrige las deficiencias del sistema sino que las profundiza.
Finalmente, Ciccra festejó la reciente conversión de la ONCCA en un organismo autárquico y destacó la “gestión eficiente e intachable” de su titular, Marcelo Rossi.
