El agua es un recurso natural limitado que afecta la existencia y la calidad de vida de todas las especies. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), para satisfacer las necesidades de alimentación diarias de una persona se requieren alrededor de 3.000 litros de agua. Sólo para producir un kilo de granos se requieren 1.500 litros de agua, y diez veces esa cantidad para producir un kilo de carne.
La agricultura utiliza más del 70% del agua dulce y, según estiman los expertos, su demanda continuará en ascenso debido al crecimiento demográfico, los mayores ingresos per cápita y el progresivo incremento de la producción de biocombustibles.
Entonces, la pregunta que nos ocupa es cómo producir más y mejores cultivos con un recurso que será cada vez más escaso y que es necesario proteger para asegurar el futuro de la humanidad.
Existen múltiples soluciones e iniciativas que permiten hacer un uso eficiente del agua y que los productores agropecuarios pueden incorporar para alcanzar el objetivo de doble vía: aumentar la productividad y preservar los recursos hídricos, cuidando el medio ambiente.
La irrigación tiene un gran impacto en la productividad agrícola. La tierra bajo riego representa más del 40% de la producción mundial de alimentos, pero se riega menos del 20% de las tierras agrícolas del mundo. Con sistemas de irrigación eficaces se puede reducir considerablemente el uso del agua y obtener mejores rendimientos.
De todos los métodos disponibles, el riego por goteo o microaspersión es el más eficiente y sólo concentra el 10% del territorio sembrado en todo el mundo. A diferencia de los sistemas de irrigación por inundación o aspersión, éste aporta una eficiencia superior al 90% y permite destinar la cantidad exacta de agua y nutrientes a cada una de las plantas a lo largo de su crecimiento, logrando un mayor rendimiento y calidad de los cultivos; y mejorando sensiblemente la utilización del agua. Asimismo, permite un importante ahorro de costos energéticos -menos horas requeridas de bombeo, menor presión- y ofrece la posibilidad de adaptarse a cualquier forma de lote y a distintos volúmenes disponibles de agua.
Por otra parte, el sistema de riego por goteo genera ahorros en el uso de fertilizantes, con importantes ventajas en su aplicación. Por ejemplo, se han manifestado reducciones de entre un 50% y un 80% en el uso de abono nitrogenado.
Además, los fertilizantes no se lixivian del suelo por exceso de riego o percolación profunda. Al tener menor cantidad de recorrido con el tractor (los fertilizantes se aplican a través del equipo de riego), se reduce la polución y la exposición de los suelos a químicos.
El cuidado de los recursos hídricos es un tema de suma importancia para la actividad agrícola y para todos los habitantes del planeta Tierra. El Día Mundial del Agua es una oportunidad para reflexionar acerca de las mejores prácticas y métodos para la producción agrícola, y nos invita a construir una agricultura sustentable.
Por Cecilia Colombi, Gerente de Ventas Argentina de John Deere Water. Especial para Infocampo