El Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis Bovina del Senasa entró en vigencia en abril de 2019 y surgió para mitigar el impacto negativo de esta enfermedad sobre la producción, el comercio y la salud pública. Transcurridos estos meses desde la puesta en vigencia, el Senasa ya cuenta con datos relevantes sobre su implementación y recuerda permanentemente a los productores la obligación de realizar las tareas de diagnóstico en sus rodeos.
En Argentina, la brucelosis está presente, aunque la continua vacunación de terneras y los controles implementados para evitar su dispersión permitieron alcanzar los bajos niveles actuales de prevalencia, estimados en 0,8% para bovinos y 12,35% para establecimientos, según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de 2014.
Con la implementación de este nuevo plan, los diagnósticos realizados en terreno por los veterinarios privados y la información provista por la Red Oficial de Laboratorios, corroboran que estos valores se están repitiendo casi con exactitud. Esto evidencia que la enfermedad se ha mantenido constante y manifiesta la necesidad de sanear el rodeo.
Muchas veces el impacto de la enfermedad pasa desapercibido para los productores y sus veterinarios. Si no se realizan tareas de diagnóstico y saneamiento, la enfermedad perdura en el rodeo por más que las hembras hayan sido inmunizadas, ya que ninguna vacuna confiere una protección total.
Entre los aproximadamente 260 mil rodeos de cría distribuidos en el país, hay más de 30 mil establecimientos infectados, que sin dudas están sufriendo pérdidas de terneros y se constituyen en potenciales dispersores de la enfermedad.
El Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis Bovina, puesto en vigencia hace pocos meses por la Resolución Senasa N° 67/2019, dispone que los propietarios de los rodeos donde se realicen actividades de reproducción en bovinos efectúen –con su veterinario acreditado en el Programa– una Determinación Obligatoria de Estatus Sanitario (DOES) con el fin de establecer la condición del establecimiento respecto de esta enfermedad.
Estas tareas de diagnóstico iniciales (DOES) permitirán identificar los 30 mil establecimientos afectados, focos infecciosos que se deben intervenir e inactivar mediante un plan de saneamiento adecuado, que permita eliminar los animales infectados, alterando lo menos posible la estructura productiva de estos predios.
En ganadería bovina, la brucelosis genera limitaciones comerciales de animales y sus productos, ocasiona pérdidas de terneros por abortos, en la producción de leche por disminución de pariciones, afectación de cuartos mamarios y pérdida por reposición de vientres.
Cuando los rodeos de cría están infectados, se producen mermas en la producción por un deterioro de los índices reproductivos, pero también en la ganancia de peso de terneros nacidos de vacas infectadas.
Los establecimientos con casos confirmados de brucelosis, de acuerdo al protocolo sanitario firmado con China para la exportación de carne bovina, quedan excluidos de la posibilidad de proveer a ese destino durante 12 meses desde que se confirma la infección.
Las causas sanitarias ocupan un lugar preponderante entre los factores por los cuales casi 40 vacas de cada 100 dejan de producir un ternero. El índice de destete promedio, a nivel nacional, ronda el 60%, cuando se ha demostrado ampliamente que podría ser del 80% o más.
Expresado en números concretos, los 25 millones de vientres que conforman el rodeo de cría nacional, producen cada año unos 15 millones de terneros/as, cuando podrían producirse cerca de 22 millones. Son casi 7 millones de terneros que se está perdiendo el sector productivo y, en definitiva, la Argentina.
Si bien no son solo las causas sanitarias las que provocan estas pérdidas, sin duda la brucelosis bovina es una de las más importantes entre ellas. Una reciente publicación del INTA Balcarce posiciona a esta enfermedad en segundo lugar luego de campylobacteriosis, entre las patologías infecciosas causales de los abortos en vacas de la Cuenca del Salado, provincia de Buenos Aires.
Los animales infectados pueden eliminar Brucella spp. durante toda la vida contagiando a otros animales del propio rodeo o de nuevos rodeos cuando son trasladados con fines reproductivos sin los controles correspondientes.
Es importante recordar que al ser una zoonosis se transmite a las personas, a partir de lo cual afecta la calidad de vida y la capacidad laboral de los afectados. Los animales infectados son el reservorio y la principal fuente de contagio para el ser humano. Atendiendo la enfermedad en los rodeos, se logrará disminuir la transmisión de la enfermedad a las personas.
Datos a 6 meses de iniciado el plan
De acuerdo a la información cargada en el Sistema Integrado de Sanidad Animal del Senasa (SIGSA) por cada una de las oficinas del organismo, la cantidad de establecimientos con estatus de libre ya se encuentra en 16.328, un 81% más de lo registrado durante el plan anterior.
Asimismo en el contexto del nuevo plan, 2.125 establecimientos han sido detectados como positivos para iniciar las tareas de saneamiento correspondientes.
Además, el Senasa realiza muestreos propios de vigilancia en remates feria y frigoríficos para poder detectar en estos puntos de concentración de ganado más establecimientos positivos con el fin de acelerar el proceso de detección.
En tal sentido, según los datos del Sigsa, entre junio y noviembre de 2019, los agentes del Senasa tomaron 12.192 muestras a 2294 tropas en 532 remates cuyos resultados indicaron 188 animales y 101 establecimientos positivos.
Para más información, los interesados pueden comunicarse con la Mesa de Ayuda del Programa de Brucelosis Bovina del Senasa, de lunes a viernes de 8 a 16 al (011) 4121-5410, o enviar un correo electrónico a brucelosisbovina@senasa.gob.ar.