El balance de 2011 es altamente positivo. En la última campaña agrícola, sumando los principales cultivos, superamos las 7 millones de toneladas de granos en Entre Ríos.
La ganadería bovina se está recuperando aceleradamente, de la mano de la alta rentabilidad de los últimos dos años. Aumentó el stock de terneros y la retención de vientres. De hecho, en la provincia, el primer sector que agotó el cupo de crédito del Nuevo Banco de Entre Ríos (Bersa) a tasa subsidiada fue el ganadero para la compra de vacas, por lo cual debimos ampliar la asignación correspondiente a esa actividad.
La faena avícola sigue creciendo en forma sostenida y tenemos un volumen creciente de producción de leche. La inversión en maquinaria agrícola se ha mantenido en niveles importantes en este 2011, reforzando la fuerte capitalización que logró el agro en los últimos años, con una mayor proporción de abastecimiento de maquinarias por parte de la industria nacional.
La morosidad del sector agropecuario continúa siendo muy baja y mantiene una participación creciente en el total de créditos del sistema financiero a las distintas actividades económicas (alrededor del 10% a nivel nacional).
Tenemos entonces un sector agropecuario saneado financieramente, con una fuerte solidez patrimonial, altamente capitalizado y que trabaja, en general, con niveles de productividad acordes con estándares internacionales, sobre todo si se tiene en cuenta la inversión por unidad de producto.
Si comparamos esta situación con lo que sucedía a fines de 2001 parece increíble. En aquellos años teníamos en la Argentina 14 millones de hectáreas hipotecadas, 34% de morosidad de la cartera agropecuaria, valores de los campos deprimidos que no cubrían las acreencias, y un nivel de endeudamiento a tasas reales usurarias con el sistema financiero y comercial, que se quedaba con el esfuerzo del productor.
De todos modos, también es cierto que existen problemas específicos en algunos sectores, como las pequeñas industrias queseras, la citricultura de exportación, la producción arrocera, la comercialización del trigo o la actividad frigorífica vacuna, pero son situaciones coyunturales que deberemos afrontar con soluciones concretas para cada sector.
Las perspectivas para el 2012 son alentadoras. Nuestros principales socios comerciales, Brasil y China, seguirán creciendo el año entrante, aunque a un ritmo inferior que en este 2011, y se mantendrán los precios de las principales commodities.
Hasta ahora la situación climática es auspiciosa para la cosecha gruesa, y en Entre Ríos tendremos nuevamente una producción de trigo muy importante. Por otra parte, nuestra provincia esta viviendo un proceso de inversión en la industria agroalimentaria como no se ha dado nunca.
Hace poco inaugurábamos la planta de procesado de soja en Gualeguaychú, una molinera de arroz de Molinos Río de la Plata en Concepción del Uruguay, una empa- cadora de citrus en Concordia, entre otras.
En cuatro años se han instalado casi 300 empresas industriales. Tenemos proyectos que deberán madurar el próximo año, como la fábrica de biodiésel en Villaguay, la planta de concentrados de jugos para el norte entrerriano, la cadena de comedores de pescado, la recuperación del frigorífico San José, diversos proyectos de producción de cerdos en Seguí y Gualeguaychú, entre otros.
Los empresarios están eligiendo Entre Ríos porque tiene excelentes condiciones para invertir en términos de mano de obra trabajadora y capacitada, infraestructura básica, importante entramado científico/técnico y posicionamiento estratégico en el Mercosur.
De modo que vemos un 2012 positivo, seguramente con algunos cimbronazos derivados de la crisis internacional, que los gobiernos de los países centrales se empeñan en profundizar, pero con una economía argentina sólida y
* Secretario de la Producción de Entre Ríos
(Artículo publicado en la edición Infocampo Semanario)