En el país existen más de 200.000 explotaciones agropecuarias de pequeños productores que representan 66% del total de establecimientos y en algunas zonas como la Puna, el Chaco, en los valles del NOA, su presencia supera 80% del total. Este grupo de productores generan 428.000 puestos de trabajo participando con 53% del empleo total del sector agropecuario.
¿Pero a quiénes incluye la definición de pequeños productores, qué producen y qué relevancia tienen para el país? Estos interrogantes fueron el eje de Infocampo Debate, en el cual participaron Edith de Obschatko, coordinadora de Cooperación Técnica del IICA; Enrique Seminario, del Grupo Crea Sur, de Santa Fe, y Osvaldo Barsky, investigador principal del Conicet.
De acuerdo con datos del último censo nacional agropecuario, en el período 1998-2002 desaparecieron 100.000 establecimientos; aproximadamente 75% fueron propiedades de menos de 100 hectáreas. También ocurrió que la extensión media de tierras había pasado de 421 a 529 hectáreas.
Estos fenómenos están ligados a las políticas macroeconómicas que, según señalaron los invitados, durante estos años fueron desfavorables para los organismos regionales, vinculados con la pequeña producción.
Según Barsky, el proceso ocurrió de manera desigual en las distintas provincias y además se registraron otros cambios. âEn Misiones hay más unidades agrarias producto de que hubo nueva ocupación de tierras fiscales, que no pagaban los impuestos, entonces las familias siguieron expandiéndose. En La Rioja y Catamarca tampoco hubo disminución porque allí hay mucho minifundio y no han sido desplazados. En cambio, en el Chaco, se registra un gran proceso de concentración de la producción y mayor capitalizaciónâ, sostuvo.
De acuerdo con un trabajo realizado por el IICA para la Sagpya, el pequeño productor es aquel que trabaja directamente en su explotación con su familia y no emplea mano de obra remunerada en forma permanente, sino que la contrata ocasionalmente. âÉsta es la definición de agricultura familiar, que hoy ha cobrado gran interés por parte de los políticos de los gobiernos del Mercosur, que ya tienen reuniones especializadasâ, señaló Obschatko.
En este trabajo, los técnicos del IICA identificaron tres tipos de pequeños productores familiares: 1) el más pobre en recursos productivos que no puede vivir de su explotación, y que necesariamente tiene que trabajar afuera de su propiedad; 2) el intermedio, que puede vivir de su explotación sin progresar, sólo subsiste, y 3) el agricultor familiar más o menos capitalizado, que con ayudas financieras y tecnológicas puede continuar su actividad y progresar.
âPodemos encontrar que el capitalizado es 21% del grupo de los pequeños productores y tiene 50% de la superficie de ese grupo. No está tan al margen como los campesinos más pobres y con adecuadas políticas es importante para el paísâ, indicó la coordinadora del IICA, y agregó que uno de los resultados llamativos del estudio fue que el cultivo principal de estos productores es la soja y que esto responde âa los fenómenos generales que se van filtrando a todos los sectoresâ.
Por su parte, Enrique Seminario, señaló que âhay realidades regionales distintas que se arman y dentro de las regiones hay diferencias a las cuales nos acercamos mediante categorizaciones. Tenemos que ver al productor dentro de un sistemaâ.
âEl tema del desarrollo rural hay que mirarlo por regiones y no por provincias, los límites políticos nunca definen lo ecológicoâ, enfatizó Seminario. âHay que observar las regiones y después a partir de allí armar la cadena productiva y su aprovisionamiento de tecnología, con una salida comercial para que su producción tenga ubicación en la realidad del mundo.â
