El mezquino comportamiento de las lluvias en la zona núcleo en lo que va de octubre y las casi nulas perspectivas de agua para el recorrido de esta última semana, generan un panorama de incertezas para el arranque de la siembra de soja, según un informe de la consultora Granar.
Estas condiciones no son nuevas en la zona agrícola principal de Argentina y ya tuvo su primera víctima en el maíz, cultivo que apenas alcanzó un 50 por ciento del área sembrada. Buena parte de esos lotes pasarían a soja, quedando como segunda alternativa los maíces tardíos, con lo cual es razonable justificar lo que se ha instalado en la plaza: aumento de área sojera, retroceso del área maicera.
La recuperación de las precipitaciones se viene esperando desde mediados de septiembre. Era razonable un atraso en las lluvias debido al irregular comportamiento térmico que mostró el pasado mes, con un comienzo de verano y una segunda parte de invierno, es decir variaciones térmicas abruptas, típicas de la transición estacional. Sin embargo en esta oportunidad el frío quedó en la segunda quincena y esto marco con una persistencia deficitaria el arranque del mes de octubre.
El epicentro de la seca es claramente el centro sur de SF, desde allí la empobrecida oferta de agua, encuentra corredores mejorados en el centro oeste entrerriano en el norte de BA y en zona del sur de CB, pero al mirar la gran escala el impacto sobre el corazón de la zona núcleo es significativo y por eso hoy las siembras que deberían avanzar de norte a sur, tienen un comienzo incipiente, heterogéneo, condicionado por los ocasionales chaparrones que han salpicado el centro sur de SF y la franja central en general.
Durante el último fin de semana las precipitaciones se desarrollaron fundamentalmente sobre el sudeste de BA, alcanzando con menor eficiencia zonas del centro y el norte de esta provincia. Sobre la franja central, las lluvias fueron nulas o con registros muy modestos, en todos los casos decepcionantes, lejos de la demanda requerida para revertir las deficiencias presentes. En resumen hay un patrón estructural que durante lo que va da octubre a impedido el normal desarrollo de los sistemas precipitantes en una gran porción de la región pampeana, en particular en sectores sensibles de la zona núcleo.
Actualmente haciendo un raconto de precipitaciones a gran escala, sólo el 30 por ciento de la región pampeana viene recibiendo lluvias en forma continua y con un volumen adecuado. En el sur de CB la situación ha mejorado pero no alcanza, las precipitaciones deben ganar continuidad y esto es la clave de lo que pueda suceder en el inicio de la campaña sojera. En muchos casos los productores que esperan por las siembras de soja, deberán plantearse un corrimiento de las tareas de implantación.
El comportamiento que vienen mostrando las precipitaciones durante el mes de octubre, está definiendo una coyuntura de riesgo aumentado para el inicio de la campaña sojera. La oferta de agua prevista para el resto de octubre es exigua, con lo cual las condiciones para sembrar no experimentarán mejoras en el corto plazo, en consecuencia, el avance de la implantación se retrasará. El esperado máximo pluvial de octubre no llegó a la zona núcleo La presión por la demanda de lluvias se transfiere al comienzo de noviembre. Si dentro de diez días Argentina sigue sin sembrar, el mercado encontrará allí una variable alcista.