Una de las limitantes de la actividad ganadera en Argentina es la baja tasa de destete, que a nivel nacional promedia un 62%.
Este retroceso productivo, sumado al impacto de las enfermedades propias del rodeo vacuno, se traduce en pérdidas económicas que alcanzan los $ 260.000 millones, de acuerdo a estimaciones de la Cámara Argentina de Productos Veterinarios (Caprove)
En el marco de una jornada técnica, el presidente de la cámara , Juan Carlos Aba, puso números a esta situación. El directivo describió que en el promedio de la ganadería argentina, de cada 100 vacas se preñan anualmente 76 vacas y se obtienen 72 terneros nacidos.
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“Se llegan a destetar 62, es decir que se pierden 10 animales entre nacimiento y destete”, señaló. De esos 24 vientres que no quedan preñados, 10 casos son a partir de cuestiones vinculadas a la sanidad y los 14 restantes por falta de comida o por problemas de manejo.
Aba explicó que hay un promedio de cuatro terneros perdidos durante la preñez y de esa cifra, tresson por aspectos sanitarios. Si se extiende el análisis a los nacimientos, de los 72 hay 10 casos que no logran llegar al destete.
MENOS TERNEROS
Con esta información, proyecto este escenario a nivel nacional y el directivo calculó que a partir de un rodeo de 22 millones de vacas, se están perdiendo 4,4 millones de terneros.
A partir de las mermas que causa la parasitosis, las pérdidas por preñez y los terneros no logrados, desde Caprove calcularon que la pérdida económica anual para la ganadería llega a $74.000 millones. “Si sumamos las enfermedades infecciones, reproductivas y metabólicas, tenemos una pérdida a nivel global de $260.000 millones en 2022”, señalaron.
PLAN SANITARIO
Para reducir ese nivel de mermas analizado, Caprove diseñó y presentó el Plan Sanitario Productivo, que se basa principalmente en que los productores ganaderos incrementen su inversión en sanidad.
Según Aba, el promedio de inversión que hace el productor ganadero argentino es de $840 por año por animal. De ese total, solo $546 se destinan a la compra de medicamentos preventivos. “Un plan sanitario global mínimo para reducir esos $260.000 millones de pérdidas implicaría aumentar la inversión de cada productor a $1.041 por animal”.
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