“Alrededor de medio millón de cajones de fruta fresca tuvo que ser desechada como consecuencia de la secuencia de días con altos porcentuales de humedad y de lloviznas”, dijo Néstor Mover, presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos.
Asimismo, el empresario detalló que los daños se dan además porque algunas variedades de frutas y naranjas tienen pasado su grado de madurez.
Por su parte, Daniel Welschen, secretario de Estado de la Producción de Entre Ríos, comentó que desde el Estado realiza un relevamiento para conocer cuántos son los establecimientos afectados y cuánta producción está afectada por esta circunstancia.
“Hay que tener en cuenta que la exportación requiere productos de máxima calidad y cualquier anormalidad puede ocasionar que esa fruta no pueda venderse en esos mercado porque no cumple con los estándares de calidad”, dijo Welschen.
En cuanto al proceso que viven las mandarinas y naranjas, Welschen explicó que a causa de estas condiciones climáticas extraordinarias se produce un desprendimiento de la cáscara y no llega a madurar.