La situación de Vicentin no solamente complica a los aceiteros y al sector financiero. La lechería también entró en ese cuadro con el caso de Arsa (Alimentos Refrigerados), la división de frescos que SanCor le vendió en 2016 al grupo que esta semana solicitó el concurso preventivo de acreedores.
En las últimas horas, Arsa salió a pedirle al personal su “comprensión, solidaridad y esfuerzo” para poder continuar con la producción en forma normal y lograr que todos sus productos lleguen a sus clientes y consumidores.
Pese a los últimos conflictos con los 21 trabajadores de Mendicrim – que después de cuatro meses de protestas lograron ser reincoporados tras el cierre de Arenaza-, Arsa remarcó que hasta ahora viene “cumpliendo con sus compromisos en materia de salarios y beneficios adicionales a su personal, compra de leche, y con todos los proveedores, así como con todas las obligaciones impositivas“.
“El cumplimiento de Arsa seguirá siendo posible en la medida que podamos continuar trabajando con normalidad“, dijo la empresa de Vicentin, y recordó que “ratificó su compromiso con el cuidado de las fuentes de trabajo en los momentos más complejos”, en relación al año 2017, cuando se llevó a cabo un proceso de reorganización de las áreas comerciales, administrativas y logísticas.