La acidificación de los océanos, un proceso que genera la disminución del nivel de pH de las aguas y que anticipan las predicciones sobre el cambio climático, afectará la capacidad que tienen los venenosos caracoles marinos conos para cazar a sus presas generando un impacto negativo en la cadena alimentaria, según un estudio publicado este miércoles en Australia.
“Descubrimos que el dióxido de carbono hace que el caracol cono se vuelva hiperactivo”, dijo Sue-Ann Watson, autora del estudio realizado por la Universidad James Cook y publicado en la revista científica Biology Letters, según consignó la agencia de noticias Efe.
“Pero, a pesar de moverse tres veces más rápido de lo normal, cazan menos presas. Serpentean alrededor en lugar de moverse sigilosamente para atrapar a su presa” agregó Watson, en un estudio, al explicar el comportamiento de caza de estos animales, que se esconden en las arenas de los arrecifes de coral.
Los cónidos (Conidae), conocidos comúnmente como caracoles conos, tienen una glándula que está unida a un diente con forma de arpón y expele un poderoso veneno para atrapar a su presa que puede ser fatal incluso para el ser humano.
Para la investigación, los científicos tomaron varios ejemplares de los caracoles conos que habitan cerca de la isla de Lizard, dentro de la Gran Barrera de Coral (noreste de Australia), y los pusieron en unos tanques con diferentes niveles de acidificación, junto a sus presas favoritas.
Solamente el diez por ciento de los caracoles conos bajo la influencia de elevados niveles de CO2 lograron atrapar a sus presas, frente a un 60 por ciento de aquellos que estaban en tanques bajo condiciones normales.
“Sabíamos que la acidificación de los océanos debilita las conchas de los caracoles, pero esta nueva investigación también demuestra que afecta los niveles de energía al aumentar la actividad mientras que al mismo tiempo baja su ingesta de alimentos”, dijo Philip Munday, coautor del estudio.