La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), en conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) y el Instituto de Estudios Avanzados por la Universidad de São Paulo, realizaron el primer análisis de los impactos en la salud, que pueden causar la deforestación y el cambio climático.
En el estudio se demostró que el desmonte a gran escala que sufre la Amazonía brasileña, que esta asociada a los cambios climáticos, la podría convertir en un desierto y aumentando el riesgo de que el país sufra un calor extremo, afectando a unos 12 millones de personas.
Se prevé que los niveles de calor van a superar los 34 ºC de sensación térmica a la sombra, siendo fisiológicamente intolerables para el cuerpo humano. Afectando a las regiones del norte de Brasil, que son habitadas por poblaciones altamente vulnerables.
El límite de la deforestación
En la investigación se detalla que la deforestación de la selva, va a tener repercusiones en la supervivencia de la especie humana para 2100, dejando a más de 11 millones de personas del norte de Brasil expuestas a riesgo extremo de “estrés térmico”.
Haciendo que la gente no podrá ser capaz de mantener su temperatura corporal, ya que se alcanzaran los límites de adaptaciones fisiológicas del cuerpo humano.
“La exposición sostenida a tal temperatura provocará una deshidratación y agotamiento, en casos más graves, estrés y deterioro de las funciones vitales, lo que conllevaría a la muerte”, afirma el estudio .
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El desmonte de la selva
La parte brasileña de la Amazonía, hasta el momento, perdió el 18 % de su vegetación nativa, acá nace el riesgo de que una parte de la selva se convierta en desierto.
Según señalan estudios, el límite de deforestación se podría dar en unos 20 o 30 años, si el calentamiento global y el desmonte actual continúan en la selva brasileña.
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