El comercio de carne bovina a nivel mundial presenta nuevas demandas, vinculadas a la trazabilidad de los procesos, el bienestar animal y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
No solo se trata de generar más producción y sumar divisas. En la actualidad, los consumidores de los países compradores quieren saber no solo como se produce la carne que llega al plato, sino conocer en detalle todo el proceso y su impacto en el medio ambiente.
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El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) anunció que trabajará con el Subcomité de Ganadería de la FAO, para poner en marcha una agenda común sobre seguridad alimentaria, enfocada en criterios de sostenibilidad ambiental, económica y social.
Este punto fue acordado en una reunión entre el vicepresidente del organismo; el embajador Carlos Cherniak, representante permanente de Argentina ante la FAO y representantes del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
En este escenario, también cobra fuerza el concepto de “Una sola salud”, en donde el enfoque consiste en que tanto la salud humana, animal y vegetal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en donde conviven.
El Subcomité de Ganadería fue establecido en 2020, para asesorar a los órganos de la FAO, sobre los programas, actividades técnicas y normativas necesarias para mejorar la contribución de la ganadería. Sobre todo, en aspectos vinculados a la mitigación de la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutrición, para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.