Una vez más el trigo resiste con templanza a un clima duro. Si bien su desarrollo se frenó transitoriamente por las extremas temperaturas bajas de julio, no se muestran daños significativos en la región núcleo.
Los productores continúan ansiosos por los pronósticos de lluvias emitidos para el fin de semana, donde esperan en la zona entre 10 y 15 milímetros de agua bendita que podría estabilizar la campaña, y encaminarla al lugar deseado.
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Sin embargo, la clave para la recuperación definitiva del cereal, se lograría terminando con las fertilizaciones y activando las que se han realizado sin la humedad adecuada.
“Los pronósticos de corto plazo prevé un aumento de la actividad atmosférica que podría generar lluvias durante el fin de semana”, dice entusiasmado el consultor Elorriaga de la BCR.
EL TRIGO DA PELEA ANTE EL FRÍO
Con estos datos, y la espera de las lluvias, el trigo se muestra con un estado general en la región núcleo que es muy bueno en el 60% de los cuadros y bueno en el 40% restante.
No obstare, desde la entidad rosarina dejaron un dato clave: “El año pasado sin estos fríos y con lluvias a finales del otoño, los lotes, a esta altura del año, estaban en mejores condiciones: pero la falta de agua en profundidad acechaba en el 2023 al sector oeste de la región”.
Tomando en cuenta esta afirmación, está más que claro que la campaña de trigo no está asegurada, y las precipitaciones pronosticadas para estos días, se presentan como una necesidad imperiosa que compromete el futuro de la zafra.
EL FRÍO COMPROMETIÓ AL TRIGO
El trigo frenó su desarrollo, pero a pesar de algunos casos de muerte de plántulas en recientes camadas de siembra, no hay daños significativos por este fenómeno inusual. Se cree que la humedad presente en niveles subsuperficiales del suelo ha sido clave para contener el daño.
En el sur santafecino, en Fuentes, hay daños en hojas del cultivo: “aunque el cultivo muestra un color no habitual, se espera una recuperación gracias a la humedad presente en el perfil”, afirman los productores de la región.
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“Si tenemos lluvias que superen los 10 a 15 milímetros como está pronosticado, se va a avanzar con la fertilización”, dicen en Carlos Pellegrini. “Las heladas no han causado daños significativos”, explican los especialistas del lugar.
Por su parte, en la zona de Bigand, se frenó el crecimiento. Allí también necesitan lluvias para reactivar al cultivo y favorecer el macollaje.
Lo mismo ocurre en el norte bonaerense y en el sudeste cordobés, donde además de ello, se observan signos de quemaduras en las hojas, pero hay confianza en la recuperación del trigo con la llegada de lluvias en el corto plazo.
Actualmente, el 30% del cultivo está en etapa de macollaje, el 40% en fase de foliación y un 30% aún emergiendo en las distintas regiones con alcance de la BCR.
LAS LLUVIAS SON LA CLAVE
Aunque no se esperan lluvias muy significativas y generalizadas, hay buenas posibilidades de recibir al menos de 10 a 15 milímetros. Serían claves para frenar el déficit hídrico y recuperar el cultivo de los daños por frío.
Con el cambio de quincena, el aire frío empezó a retroceder y la circulación norte trajo un alivio en las temperaturas extremas, además de mayor humedad hacia el centro del país. “Se prevé un aumento de la actividad atmosférica que podría generar lluvias durante el fin de semana”, dice el consultor Elorriaga.