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José Luis Espert, habló en el programa radial Infocampo con Daniel Díaz acerca de las consecuencias de las últimas medidas económicas tomadas por el Gobierno y dijo:

"El drama para el sector agropecuario es que tiene todas las ventajas para venderle de todo al mundo, y tenemos un país que el país funciona así, no sólo la dirigencia política... Funciona con esta idea de que el campo está manejado por un conjunto de oligarcas que no trabajan a los cuales hay que sacarles toda la renta con impuestos como las retenciones", afirmó el economista Espert.

"El drama para el sector agropecuario es que tiene todas las ventajas para venderle de todo al mundo, y tenemos un país que el país funciona así, no sólo la dirigencia política... Funciona con esta idea de que el campo está manejado por un conjunto de oligarcas que no trabajan a los cuales hay que sacarles toda la renta con impuestos como las retenciones", afirmó el economista Espert.
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La entrevista, focalizada en la temática económica giró en torno a la situación del campo y las consecuencias en la agricultura y la ganadería. Daniel Díaz preguntó acerca del rumbo en la economía, y el economista Espert remarcó sus puntos de vista.

– José, ¿dónde estamos parados ahora? ¿Hay que pensar que este gobierno es “ochentoso”, que insiste en estos caminos que ya han fracasado, o es que simplemente no encuentra el rumbo?

– Desde el punto de vista ideológico conceptual -después vamos a hacer un análisis de los números que está bastante divorciado de lo ideológico-, estamos ante un gobierno que luego de las elecciones ha mostrado un costado chavista importante; pero como es conciente que no está sentado sobre un baril de petróleo, a diferencia de Chavez, usa al primer mundo o al mundo civilizado, estoy hablando de su relación con los Estados Unidos y con el fondo, como para poder subsistir y compensar la situación que significa no estar sentado sobre un barril de petróleo. Entonces yo diría que ideológicamente, no le quepa la menor duda que Kirchner es Chávez; si no lo es en los hechos es simplemente porque no es ningún tonto y sabe que no puede hacerse el Chávez porque no está sentado sobre un barril de petróleo. ¿Esto qué significa? Significa que en términos de negocios, por más doloroso que sea yo creo que hay que ser realista, pero en concepciones de este tipo, yo creo que no hace falta remitirnos a la historia del peronismo y su actitud para con el campo, ¿no? Justamente el peronismo no es un partido que haya tenido respeto por la actividad agropecuaria. Recordemos quién fue Perón con el IAPI, el primer instrumento para apropiar la renta de la tierra allá hace medio siglo. Y las retenciones han sido algo muy común, en general es parte de todos los partidos populares de Argentina, no sólo del peronismo, pero el peronismo es el partido que históricamente en la Argentina… Salvo en la década de Menem, donde el campo la pasó mal, no por las retenciones sino por el trazo de tipo de cambio; pero históricamente el peronismo ha sido un partido que ha considerado al agro como un sector que tiene que estar al servicio de una industria sustituta de importaciones para proveerle alimento barato, por eso las retenciones. Por eso el tema de las retenciones, lamentablemente para el sector, tiene que olvidarse que vayan a ser algo transitorio sino que forma parte de la estrategia histórica de los partidos populistas en Argentina, y del peronismo en particular, de poner al campo al servicio del desarrollo de una industria muy trucha al calor de la sustitución de importación.

– La avanzada contra toda la cadena agroalimentaria es muy grande en estos últimos días, ¿por qué?

– Insisto; creo que la dirigencia agropecuaria debería tomar nota debidamente. El tema de las retenciones, el tema de expropiar toda la renta posible al campo, es de una índole ideológica. Aunque no hubiera inflación, igualmente tendríamos el problema de las retenciones, probablemente con menor intensidad, pero las retenciones existirían de todas maneras; la política anti campo también seguiría posible, porque esos temas son de orden ideológico. Para los partidos populistas en general, para el peronismo en particulkar, el campo es un suministrador de alimento barato para que la industria sustitutita de importaciones se desarrolle. Por eso las retenciones. Porque con retenciones, es obvio que los alimentos son más baratos que sin retenciones, y con alimeto barato, la industria tiene que hacer menos esfuerzo para opagar los salarios para pagar la misma canasta de bienes; o sea que el excedente, como le gusta dar a este gobierno, el excedente de la industria es mucho mayor con retenciones a los alimentos que sin retenciones a los alimentos,. Por eso la retención es algo funcional a un esquema ideológico que pretende desarrollar una industria, donde el campo es un generador de alimento barato para la industria.

– Conversábamos con un funcionario del gobierno que nos decía que el eje está puesto en el mercado interno porque hay un escenario favorable, en este caso para las exportaciones de carne, hasta ayer a la tarde cuando le aumentan las retenciones

– Sí, esto es conceptual. El drama de Argentina es que es un país que tiene claras ventajas competitivas en materia de alimentos, toda la cadena agropecuaria en general, más un país que ideológicamente es recontra progre y populista en el mal sentido de la palabra; demagogo, digamos.. Entonces en un país donde la ventaja comparativa está en alimentos, por lo tanto el acceso a nuevos mercados debería ser el pan nuestro de cada día, ese sector convive con un régimen que ideológicamente es un país demagogo, populista, que pone a toda la cadena de valor agroalimetaria al servicio de una industria sustitutita de importaciones. Qué hay que hacer. Bueno, hay que divorciar lo mayor posible los precios domésticos de los alimentos y los precios internacionales, y ahí entra la retención. Fíjese el caso de Chile. Chile acaba de fijar un tratado con China, fíjese qué distinto. En Argentina tenemos el “corso a contramano” de querer que todo el mundo se abra a nuestros productos, al mismo tiempo nosotros no queremos abrirnos a nadie porque queremos desarrollar una industria sustitutita de importaciones, por lo tanto hay que cerrar la economía, pero nadie se va a abrir demasiado si nosotros no nos abrimos; al mismo tiempo queremos abrir mercados pero que los precios internos nos reflejen los precios internacionales… La verdad, el calificativo más suave que merece eso es ser burro, es no entender nada.

– ¿Cuándo estalla esto? Porque este esquema es un desastre incluso para los que estaban pensando en invertir en el sector ganadero, por poner un caso, que veían cositas (¿) en el exterior y que encuentran ahora totalmente perjudicados… este escenario, ¿cuánto tiempo más aguanta?

– Bueno, en término macro, va a aguantar mucho tiempo en la medida de que continúe el equilibrio en las cuentas públicas, más allá de que el equilibrio de las cuentas públicas se sostenga de manera absolutamente trucha como es la conceptualización ideológica del programa. Yo le diría, no apostar ni loco al colapso de este programa económico, mientras el programa económico, aunque sea basado en retenciones y en impuestos truchos, tenga superávit fiscal. Ese es el principal seguro del aguante de este programa. Y agréguele que el mundo está creciendo a una tasa extraordinaria, lo cual hace que a usted le demanden y le demanden, los productos que exportan, y agréguele que la circunstancia internacional sigue siendo una situación financiera internacional extraordinaria, yo le diría de ninguna manera pensando en el planeamiento estratégico de las empresas o los empresarios que escuchen, no hay que apostar al colapso del programa; pero sí le diría que cada paso que dé el sector agropecuario va a ser a pesar de la política del gobierno, a pesar de la concepción ideológica que tiene Argentina con respecto al agro en general, y por lo tanto haber que estar rogando que el mundo siga tirando para adelante como hasta ahora. Pero lamentablemente para Argentina, el drama para el sector agropecuario es que tiene todas las ventajas para venderle de todo al mundo, y tenemos un país que el país funciona así, no sólo la dirigencia política… Funciona con esta idea de que el campo está manejado por un conjunto de oligarcas que no trabajan a los cuales hay que sacarles toda la renta con impuestos como las retenciones. Es una concepción muy arraigada. Obviamente es una concepción retrógrada y absurda, porque la gente en el campo trabaja 40 horas por día todo el año, pero lamentablemente es contra eso que hay que luchar. Y la verdad, cuando uno escucha cierta dirigencia agropecuaria, cómo se defienden los intereses del agro, la verdad que a uno se le caen las medias. Porque yo he escuchado, y he leído de relación de dirigentes agropecuarios, defendiendo, por ejemplo, la eliminación de los reintegros. Yo lo he leído; no es que me lo han contado. Leamos las declaraciones posteriores de la eliminación de reintegros. Y me acuerdo también, cuando colapsa la cuarta cumbre de las Américas, los sectores quejosos defendiendo que la Argentina haya bochado el ALCA debido a los subsidios que hay en el resto del mundo con la parte agrícola, ¿quién se cree que en Argentina hay alguien que seriamente defienda los intereses del agro desde la política? ¿usted cree que en Argentina con las concepciones que dominan las tomas de decisiones en materia política, si eliminan los subsidios el campo va a poder disfrutar de los mayores precios internacionales? La retenciones van a ser del tamaño de un siglo… Porque contra lo que hay que luchar acá es contra esta concepción ideológica retrógrada acerca de cómo es un esquema de desarrollo en un país. A la Argentina, al agro, le conviene el libre comercio, no la estupidez esta que escuché de muchos dirigentes agropecuarios que después de que fracasó la cuarta cumbre de las Américas en Mar del Plata, chocho de la vida de la postura argentina anti ALCA porque no se eliminaban los subsidios.

– Recién mencionaba el escenario que usted está previendo, ahora bien: los mercados de commodities agrícolas son en muchos sentidos muy volátiles, y en algunos casos son impredecibles, ¿qué sucedería si en los próximos dos años sucede los que sucedió en el 99, 200 y el 2001, donde se registraron precios mínimos de los commodities agrícolas? Que fue uno de los principales problemas que tuvo en ese momento el gobierno de De la Rúa. Si bien esto no está apareciendo en el horizonte, tampoco nadie sabe…

– Y, yo creo que tendría problemas en el… No creo que tenga problemas de colapsar por culpa de una soja.. no sé, de cien dólares, por decir un disparate. Pero sin duda que tendría problemas. Pero la vida es dinámica. Hay que ver qué reacción toma el gobierno frente a un mercado de granos mucho más deprimido que ahora. Si se vuelven locos y las retenciones las suben en lugar de eliminarlas, bueno, ahí estamos con un problema adicional a un precio de la soja absolutamente bajo. Pero no me atrevería a pensar que eso implica una seria crisis para el programa, porque la situación financiera internacional sigue siendo muy favorable para el mundo emergente. Por ejemplo, el ingreso de capitales extranjeros a la Argentina que está habiendo… Y no justamente por la claridad de las reglas de juego que ponemos, acá todo cambia 180 grados de la noche a la mañana… pero sigue siendo regalada. La situación internacional sigue siendo muy buena, y yo creo que hacia delante es más probable el escenario de aterrizaje suave en la economía americana que un colapso, como algunos piensan. Si ese es el escenario, le diría que el programa económico de Argentina todavía sigue teniendo mucho aire.

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