Una aventura comercial que llega a su fin. Pero con 50 personas que perderán el empleo. Las imágenes de la crisis económica del país se replican en distintos puntos y el mundo del agro no queda al margen: esta semana se conoció el cierre de la planta procesadora de mosto “Jugos y Vinos Andinos”, de San Juan.
Lo que había sido parte del poderoso Grupo Peñaflor desde 2007 y que en 2018 sus dueños, de nacionalidad japonesa, compraron la totalidad del paquete accionario, cerrará en septiembre.
Desde el gremio que nuclea a los trabajadores, el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas (SOEVA), salió a hablar Gustavo León, Secretario General.
“El abogado dijo que no se puede hacer nada. Si los despidos son sin causa y tienen el 100% de la indemnización en mano, no se puede hacer nada. Ya se llamó a todos los trabajadores a una reunión privada con la gerencia”, detalló en declaraciones al diario La Provincia SJ.
UNA HISTORIA RECIENTE CON EL MOSTO
Jugos y Vinos Andinos es una de las firmas del grupo japonés Kataoka & Co., Ltd. Se trata de un conglomerado de empresarios de ese país que desde hace más de 50 años mantienen un vínculo comercial con la Argentina.
A principios de la década del 70’ importaban desde su país el jugo de uva concentrado. Luego, en la década del 90’ comenzaron la construcción de una planta mostera para abastecerse de primera mano. El desarrollo de la misma se hizo junto a capitales del grupo Peñaflor y la planta abrió sus puertas en 2007.
El mosto de uva argentino ya tiene el camino allanado para regresar a Estados Unidos
La última parada del recorrido había sido la compra total del paquete accionario por parte de Kataoka, en manos de Peñaflor. Sin embargo la jugada no resultó cómo el grupo japonés imaginó originalmente.
Según cuentan quienes participan en la diaria del grupo dueño de la firma, el titular de los derechos de la compañía dijo haberse “cansado de la Argentina”.
“En su momento tuve una relación comercial con esta bodega. Eran gente de muy buen trato, gente que trabajaba muy ordenadamente. Claramente no estaban habituados al ritmo de este país. Se hartaron, realmente”, afirmó un productor vitivinícola sanjuanino que dialogó sobre el caso con este medio.
Incluso, tiempo atrás, otro obstáculo que se les presentó para su plan de negocios fue el de no poder expandirse geográficamente a causa del limitante que les impone la actual Ley de Tierras.
“Quisieron ampliar inversiones, pero claramente no pudieron”, indicó la misma fuente.
