La plataforma del Delta del Paraná se encuentra conformada por depósitos de sedimentos transportados por el Río Paraná, los cuales se constituyen en Islas sobre el Río de La Plata que cada año avanzan más de 40 metros. Durante las últimas décadas esta zona sufrió una importante reconversión productiva y en la actualidad, investigadores de la FAUBA, están demostrando que los sistemas silvopastoriles son una excelente alternativa para la región.
“En el Delta del Paraná se puede desarrollar de forma óptima la ganadería porque sus pastizales son muy productivos. Pero los pastos que crecen bajo las plantaciones forestales son muy escasos en invierno. Como alternativa a esta situación, los productores isleños siembran cultivos forrajeros anuales, o verdeos, bajo el monte forestal, con resultados muy variables”, explicó Patricia Cornaglia, docente de la Cátedra de Forrajicultura de la FAUBA al medio Sobre la Tierra.
“Ante esta situación, probamos enriquecer la cubierta vegetal con pasto ovillo —Dactylis glomerata—, una gramínea perenne que tolera la sombra y que crece en otoño, inverno y primavera. Lo agregamos en plantaciones forestales que presentaban muy baja cobertura en su estrato más bajo” dijo Cornaglia.
“Logramos una productividad anual de 2000 kilos por hectárea, un número más que interesante comparado con los 1200 kg que alcanzamos sin pasto ovillo. Disponer de buen forraje en verano y en invierno es alentador para combinar la ganadería con la forestación en la isla; es decir, la producción silvopastoril”, resaltó la investigadora a partir de los resultados del estudio publicado en la revista Agroforestry Systems.
En este sentido, Cornaglia aclaró que la idea no es reemplazar el pastizal que crece bajo el monte forestal, sino aumentar la cobertura vegetal en estos campos. Además, destacó que así también se podría reducir la erosión y la compactación del suelo del Delta.
La docente destacó que el pasto ovillo se usa frecuentemente en sistemas silvopastoriles de Nueva Zelanda, un país que comparte condiciones productivas y ambientales con la Argentina. “Por eso le propusimos a los productores probarlo en sus campos. Tras meses de trabajo en conjunto, ellos pudieron ver los buenos resultados en sus propios lotes y los tomaron como una demostración de que se puede aumentar la cantidad de animales en el agroecosistema al reducir el bache invernal de alimento”.
A diferencia de otros sistemas silvopastoriles, las especies forestales más difundidas en el Delta, los álamos y los sauces, pierden las hojas en invierno y permiten que la luz solar alcance el suelo. La investigadora afirmó que esta particularidad junto con la adaptación de las producciones forestales, hacen pensar un futuro promisorio para la silvicultura isleña.