Chile cuenta con una unidad específica dedicada exclusivamente a mejorar la integración comercial con diversas naciones o regiones consideradas de interés estratégico.
En la Argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores no tiene un rol relevante. Parece ser un lugar de paso para acceder a otro cargo público o bien para postularse a alguna candidatura. Pero en otros países de la región esto no es así.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile cuenta con una unidad específica dedicada exclusivamente a mejorar la integración comercial con diversas naciones o regiones consideradas de interés estratégico por las autoridades chilenas. Se trata de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (www.direcon.cl).
El Tratado de Libre Comercio con Canadá fue el primero suscrito por Chile con un país desarrollado y entró en vigencia el 5 de julio de 1997. Desde entonces, el perfil de las exportaciones con destino a ese país mejoró notablemente. Por otra parte, el Tratado de Libre Comercio entre México y Chile fue suscripto por ambos países en 1998. En ese año Chile exportó 488,4 M/u$s a México y registró un déficit comercial de 361,5 M/u$s con ese país. Sin embargo, esta situación se fue revirtiendo progresivamente hasta alcanzar un superávit comercial de 615,81 millones M/u$s en 2004 (ver gráfico).
Chile también firmó otros tratados de libre comercio con la Unión Europea (comenzó a regir en febrero de 2003); Estados Unidos (enero de 2004); Corea del Sur (abril 2004), y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), constituida por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza (diciembre 2004). Actualmente está negociando nuevos acuerdos con China, India, Nueva Zelanda, Singapur y Brunei (estos tres últimos países integran, junto a Chile, el denominado grupo “P-4”).
El contraste con la política comercial externa argentina es evidente. Un ejemplo: el fracaso de la cosecha de maíz 2004/05 que se registró en Brasil hizo que el vecino país -luego de varios años- volviera a comprar maíz argentino. Pero no fue esa la única causa. La importación del cereal argentino se reanudó a partir de las gestiones realizadas por asociaciones de productores aviares brasileños.
Firmas aviares de Pernambuco recibieron la autorización para importar un total de 400.000 toneladas del cereal en 2005. Pero luego el Consejo Nacional de Bioseguridad de Brasil puso trabas para aprobar nuevas importaciones de maíz.
Si la Argentina hubiese implementado en su momento un acuerdo comercial con Brasil -con reglas de juego claras-, hoy podría exportar maíz a ese destino sin inconvenientes. Pero no es el caso.
Ezequiel Tambornini | Especial para Infocampo