Frecuentemente se escucha la afirmación de que Argentina se vio favorecida en los últimos años por un fenomenal aumento en los precios de exportación del poroto de soja y sus derivados. Se afirma que este incremento en los precios de los bienes que exporta el complejo sojero argentino es generado principalmente por la demanda asiática, lo cual le ha permitido a nuestro país acceder a un aumento importante de sus exportaciones, un mayor saldo comercial y a consolidar un proceso virtuoso de generación de divisas.
Sin embargo, en esta nota nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Ha aumentado realmente de manera significativa e importante el precio de exportación del poroto de soja en los últimos quince años?
Al analizar la evolución de los precios de exportación del poroto de soja en el período 1998 a 2013, inclusive, y tomando como fuente los datos de la Oil World Statistics Update, observamos las siguientes cuestiones:
En 1998 el precio promedio anual de exportación del poroto de soja ascendía a 243 U$S la tonelada. Quince años después, en el 2013, dicho precio promedio era de 538 U$S la tonelada. En términos nominales, el incremento puntual entre 1998 y el 2013 fue del 121%, cifra que luce –a priori- como elevada.
Pero haber recibido 1 U$S hace 15 años no es lo mismo que recibirlo ahora. Existe una lógica desvalorización producto de la inflación, entendida como el aumento en el nivel general de precios. Por esta cuestión, hemos decidido reexpresar el precio promedio anual de exportación del poroto de soja del año 2013 a dólares del año 1998. Para ello, deflactamos dicho valor (llevamos ese valor monetario “hacia atrás”) utilizando el índice promedio anual de precios al consumidor (IPC) de Estados Unidos, que será nuestra medida convencional de la inflación internacional. Así, esos 538 U$S del año 2013 se convierten –al deflactarlos- en 376 dólares del año 1998. Esto implica que –en términos reales- el aumento del precio promedio de exportación del poroto de soja entre 1998 y 2013 fue de apenas el 54,9%. Si bien es un aumento importante- en términos reales-, no es un porcentaje sideral o una cifra descomunal, ya que implica una tasa anual de crecimiento real acumulativa del precio del 2,9%.
Pero realicemos ahora el ejercicio de comparar el incremento en términos reales que ha evidenciado el precio promedio anual de exportación del poroto de soja en los últimos quince años, con el aumento que registraron –en el mismo período- los precios de otros insumos, productos o índices que son importantes y significativos para la economía mundial. Para ello se analizaron los precios internacionales del petróleo crudo, gas natural, oro, plata, cobre, dos fertilizantes (urea y el fosfato diamónico), acero laminado en caliente, carne vacuna y tres índices de precios estimados por organismos internacionales: el índice general de precios de mercadería, el índice de precios de los alimentos, y el índice de precios de los insumos industriales.
El precio promedio anual de exportación del poroto de soja se incrementó en términos reales entre 1998 y el 2013 (medición puntual entre estos años) por debajo del aumento registrado por la mayoría de los insumos, productos e índices analizados y que son referentes en la economía mundial.
En efecto, mientras el precio de exportación de la soja se incrementó –en términos reales- en un 54,9% en el período, el petróleo crudo aumentó un 457%, el oro un 235%, el cobre un 210%, la plata un 201%, la urea un 186%, el acero laminado en caliente un 100% y la carne vacuna un 64%.
En consecuencia, si se observan las fuertes subas de precios que han tenido productos como el petróleo crudo, el oro, el cobre, la plata, el acero laminado en caliente y el “Índice general de precios de mercadería”; podemos afirmar que el precio de exportación de la soja ha registrado un aumento –en términos reales en estos quince años- bastante acotado y moderado. Hay que tener presente que en la campaña 1997/1998 las importaciones mundiales de poroto de soja ascendían a 38,1 millones de toneladas y China compraba apenas el 8% del total, casi 3 millones de toneladas. Dieciséis años después, las importaciones mundiales casi se triplicaron (se esperan que sean de 105 millones de toneladas en la actual campaña) pero China estaría comprando el 65% del total ofrecido en el comercio internacional (aproximadamente 69 millones de toneladas). Si este notable crecimiento en la demanda china ha generado solamente una moderada tasa anual de crecimiento real acumulativa del precio de exportación de la soja del 2,9%, evidentemente no estamos en presencia de un aumento exorbitante en los precios del poroto. En mi humilde opinión, la idea de “precios extraordinarios” generadores de “rentas extraordinarias” en la soja es errónea y falaz, vista la evolución que han tenido los precios en estos últimos quince años.
De todos modos, cabe una última reflexión. La elevada dependencia que tiene la balanza comercial argentina del complejo sojero (genera exportaciones entre 20 y 24 mil millones de dólares anuales) implica la necesidad de definir una nueva estrategia de diversificación de nuestras ventas externas, potenciando otras cadenas de valor como la láctea, carne bovina y cueros, carne de cerdo, avícola, legumbres, yerba mate y te, madera y foresto industria, minerales, petróleo, maquinarias y equipos, etc. Argentina necesita impulsar otras cadenas para potenciar la generación de divisas y reducir la dependencia que hoy tiene respecto de las exportaciones de poroto de soja, harina, aceite y biodiesel. No se defiende a ultranza a la soja, pero es justo reconocer el significativo aporte que ha hecho la cadena sojera al equilibrio macro de la economía argentina y a la equidad social y distributiva de nuestro país.
Por Julio Calzada. Director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR)