En el Semanario Infocampo se adelantó que el grupo brasilero Marfrig estaba auditando el frigorífico AB&P en Hughes, Santa Fe y que era uno de los interesados en comprar la planta de CEPA en Venado Tuerto. Este grupo ya tiene 5 plantas en Brasil; en Uruguay compró el frigorífico Tacuarembó y en Chile tiene una empresa importadora de carne que cuenta con una planta faenadora de porcinos y vacunos. En esa nota también se señaló que los firgoríficos Swift, que fuera vendido al grupo braislero Friboi y Finexcor, propiedad de Cargill, eran los otros interesados en CEPA.
Los invitados a la última edición de Infocampo Debate fueron Miguel Gorelik, Director Ejecutivo del frigorífico Quickfood y Víctor Tonelli, productor agropecuario y analista de mercados ganaderos.
A criterio de Tonelli, las perspectivas para la exportación de carne son muy buenas debido al alto crecimiento del consumo mundial por encima del crecimiento vegetativo de la población mundial y señaló que Argentina, Brasil, Uruguay, en menor medida, Paraguay, serán los abastecedores naturales de la demanda global. Por otro lado, el analista indicó que, debido a las políticas poco claras para el sector y los bajos niveles de rentabilidad de la industria y la producción, los inversores extranjeros pueden comprar empresas argentinas a velores inferiores a lo que lo harían en otros países.
Al respecto, en su reciente visita a Buenos Aires, el especialista uruguayo Roberto Vázquez Platero afirmó que para el año 2020 se consumirán 26 millones de toneladas más de carne. La Argentina, produce apenas la décima parte de lo que será el aumento y para poder captar el crecimiento, deberá mejorar su producción, faena y sistema de comercialización.
Gorelik desestimó que haya una ola de inversiones extranjeras en la industria firgorífica local. âPor el contrario, desde que el gobierno decidió suspender los reintegros a las exportaciones y luego suspender las mismas, se frenaron tres procesos de ventas de capitales extrajerosâ. Para Gorelik, la renovación cada 30 o 60 días de las condiciones para exportar carne no generan un escenario claro para los inversores.
Tonelli coincidió en que al sector le falta previsibilidad pero sostuvo que los inversores buscan quedarse con estas empresas porque tienen una visión de más largo plazo. âEn 8 o 10 años este gobierno no estará y la coyuntura no va a ser la misma. Además, saben que aquí contamos con un rodeo excelente y una potencialidad exportadora muy buenaâ. Para el analista hay un movimiento de globalización de la industria que es liderado por Brasil y en este sentido destacó el apoyo estatal que reciben los empresarios de ese país para expandirse en los demás países del Mercosur.
Para Gorelik, el panorama global genera entusiasmo y en este sentido señaló que âconviene mirar lo que hacen Paraguay y Uruguay. En las economías modernas los países importan y exportan, por eso es lógico que una parte de la producción se envíe al exterior, también que se cubra el faltante con importaciones como hace Paraguayâ.
Respecto de Uruguay indicó que en el último año varios frigoríficos fueron vendidos a capitales extranjeros lo que fue alentado por los buenos valores de la carne. Esto significó que el novillo de exportación se pagué u$s1,10, 40% más de lo que se le paga a los productores argentinos. A criterio del empresario, si Argentina hubiera aprovechado más el mercado internacional se hubieran realizado má inversiones extranjeras en la industria frigorífica local.
Mercado atomizado
En Argentina hay más de 450 frigoríficos y se producen 3 millones de toneladas de carne res con hueso. Mientras, en Estados Unidos sólo cinco industrias producen 11 millones de toneladas por año.
