El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) intensificó acciones de prevención, control y cuarentena tras la confirmación de brotes de rabia en las localidades de Machagai, Chaco, Riacho He He, Mojón de Fierro y Laguna Yema en Formosa, en Palpalá, Jujuy, y en el departamento Guachipas, en Salta.
Los brotes de rabia fueron confirmados en enero y febrero a través de exámenes de laboratorio positivos y causaron, hasta el momento, la muerte de un total de 29 animales de la especie bovina y dos equinos en las provincias mencionadas. En Chaco, el virus afectó a dos bovinos y un equino. En Formosa, a tres bovinos en Riacho He He, uno en Laguna Yema y otro en Mojón de Fierro. En Jujuy, a seis bovinos y un equino, y en Salta, a 16 bovinos.
Una vez confirmados los casos, los veterinarios del Senasa interdictaron los establecimientos agropecuarios y los comprendidos en un radio de 10 kilómetros a fin de evitar que animales enfermos o que estén incubando rabia entren en contacto con personas, tanto en prácticas de manejo como en la faena y consumo de los mismos.
Asimismo, se recordó a los productores del área interdictada la obligación de vacunar a todo el ganado de las especies susceptibles de contraer rabia: bovinos, equinos, porcinos, caprinos, ovinos y caninos.
En el marco de los operativos de prevención, el responsable del Programa de Rabia del Senasa, Gabriel Russo, dictó cursos de actualización teóricos y prácticos destinados a veterinarios del Senasa, en las localidades formoseña de Pirané y chaqueña de Machagai. Además, fueron realizadas jornadas técnicas destinadas a productores ganaderos, profesionales y a la población de la zona afectada en Machagai y Colonia Aborígen, en Chaco.
De igual modo, veterinarios de los centros regionales Chaco-Formosa y NOA Norte respondieron consultas de la población relacionadas con la enfermedad.
La rabia paresiante es una zoonosis que se transmite de los animales al hombre, pudiendo ser mortal, de ahí radica la importancia de la prevención mediante la vacunación de los animales susceptibles de contraer la enfermedad y el control de los vampiros (ellos transmiten el virus). Los brotes de rabia paresiante perduran no más de 18 meses con períodos interepidémicos sin la enfermedad de por los menos 3 o 4 años.
Los primeros síntomas observados en los animales son inquietud, falta de apetito, tendencia a aislarse y frecuentes vocalizaciones con un tono de voz diferente al habitual. Luego, se observa depresión, deshidratación con dificultad postural y ambulatoria y finalmente, la muerte.
Es importante tener conocimiento de que la rabia es una enfermedad de denuncia obligatoria, por lo que los productores deben concurrir de inmediato a la oficina del Senasa más próxima. El veterinario, tanto oficial como privado, deberá extraer una muestra para su diagnóstico en laboratorio sin delegar a terceros.
Además, se recomienda evitar el contacto con animales muertos o con sintomatología compatible con la rabia y dar aviso inmediato a la oficina del Senasa más cercana, a fin de intervenir preventivamente y analizar cada situación. Finalmente, toda aquella persona que haya estado en contacto con el animal positivo deberá concurrir al centro de salud más cercano, para ser evaluado por un médico.