Otra vez la amenaza de aumentar hasta un 500% las valuaciones fiscales de los campos que nadie puede negar que están realmente desactualizadas. Sin embargo no es menos cierto que las alícuotas aplicadas para el cálculo de este impuesto, son realmente altísimas.
La realidad es que el impuesto inmobiliario surge de aplicar una alícuota (un porcentaje) al valor fiscal de la tierra, y si realmente se paga mucho o poco, es consecuencia de esta simple cuenta. No podemos apelar al facilismo de informar que “el campo de Buenos Aires” paga 30 $ por hectárea, ya que ese guarismo surge de un promedio en el que se considera la totalidad de la superficie rural, mucha de la cual es totalmente improductiva. No pasa lo mismo en los Partidos “top” como el de Pergamino que tributa unos 200 $ por cada hectárea y en mucho casos bastante más.
Si alguien piensa que no es alto este canon de 200$, debiera considerar que representa el costo de 10 pasadas de fumigador, más del precio de una siembra, y casi el costo de la cosecha. No es poca cosa para los valores que venimos manejando, con ingresos achatados y costos totalmente desbocados. Además la Provincia percibe en concepto de sellos e ingresos brutos a la producción agropecuaria alrededor de 150$ más por cada hectárea productiva.
Si bien podemos coincidir con que la valuación fiscal es baja, la alícuota es no sólo muy alta si no también injusta, ya que varía de partido en partido, desconociendo un principio básico de igualdad ante un impuesto. En el Inmobiliario Rural bonaerense, los iguales, pagan distintos impuestos de acuerdo a la radicación del inmueble, pero no por diferencias en las valuaciones, si no por que se aplican alícuotas diferentes. Este hecho hizo que a Sociedad Rural de Pergamino presentara un recurso ante la Suprema Corte de la Provincia en el año 2.006, recurso que todavía no fue respondido. Pasaron 6 años solamente, tenemos que tener paciencia, porque aunque algunos piensen que la Justicia lenta no es Justicia, nosotros confiamos en ella.
Entendemos que estamos pagando en concepto de tasas, impuestos y retenciones ya no mucho, si no demasiado, a tal punto que en años con problemas climáticos como el que nos toca vivir muchos productores están al borde de no poder asumir sus compromisos y volver a invertir, con las consecuencias que va a traer al resto de los habitantes del interior que no es más que volver a tener otra crisis recesiva.
Los gobiernos provinciales debieran reclamar la coparticipación que les corresponde, sin ataduras, sin compromisos políticos o electorales, y administrar con coherencia los recursos disponibles. Si así se hiciera no sería necesario estar hoy discutiendo este disparatado aumento de impuestos.
* Productor Agropecuario de Pergamino