En este contexto, la entidad remarcó que “la Argentina necesita de las alianzas comerciales con China, ya que es hoy uno de los principales proveedores del mundo en materia de alta tecnología para algunos rubros de la industria en particular”.
Para CARMAHE, “los peligrosos no son los fabricantes orientales de esas mercaderías, sino los mercaderes argentinos que compran masivamente”, se explicó en un comunicado.
En consecuencia, “el peligro que pudiera representar para la economía nacional la invasión de productos chinos no se debe buscar en China, sino dentro de nuestras propias fronteras”.
Los dirigentes de CARMAHE enfatizaron que “muchos productos chinos de exportación son de alta calidad y competitivos y, de hecho, tienen precios de mercado ligeramente inferiores a los de los países productores tradicionales”.
Por ende y siempre a criterio de la entidad “el problema está en la falta de controles arancelarios, de cupos o las barreras más adecuadas, que deben ponerse a aquellos que compran en forma indiscriminada productos chinos, generalmente no productivos, de consumo masivo interno para ingresarlos aquí en forma subfacturada”.
La comunicación de la entidad aseguró que “sobre este escenario más real y menos hipócrita se puede debatir cuál debe ser la línea de relaciones comerciales que deberíamos seguir con China, atendiendo a su vertiginosa evolución”.
Autoridades de CARMAHE estuvieron la semana pasada en Shangai, donde realizaron reuniones con sus pares de organizaciones empresariales chinas, visitaron fábricas e intercambiaron visiones sobre las situaciones económicas de ambos países, las posibilidades y conveniencias mutuas del comercio bilateral.
Finalmente, la entidad reiteró que “la deslealtad comercial no está dada por los extranjeros sino por los nacionales”.