Productores asociados al Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) informaron que la industria avícola procesará 340 millones de pollos en 2004, lo que representará un crecimiento del 23,5 % sobre las 278 millones de cabezas faenadas el año pasado. El alza está especialmente impulsada por el aumento de las exportaciones.
En ese sentido, Roberto Domenech, titular de la entidad, dijo a Infobae que “la industria está trabajando actualmente al límite de su capacidad y para lograr este crecimiento se están invirtiendo unos 50 millones de pesos”.
Además, destacó que las cifras satisfactorias que exhibe el sector son “el resultado de muchos años de trabajo para mejorar la competitividad y conquistar nuevos mercados externos”.
Sin embargo, los esfuerzos de los avicultores se vieron favorecidos por la salida de la convertibilidad -que mejoró el índice de competitividad de la producción agropecuaria local- y la caída de las importaciones de pollos de Brasil que, hasta mediados de 2000, frenaron el crecimiento de la producción interna.
El dirigente remarcó que la continuidad de este proceso de expansión “necesita de apoyos crediticios” que potencien la capacidad del sector.
Por otra parte, dijo que la avicultura registra un alto índice de integración entre los participantes de la cadena compuesta por productores de aves y granos, transportistas y empresas procesadoras y exportadoras de aves, por lo que su desarrollo “tiene un efecto multiplicador económico y social en las comunidades”, del interior del país.
Como era de suponer con la cantidad de brotes de influenza aviar en diferentes países del mundo y los cierres de mercado, hay una recuperación en los precios internacionales. Según el presidente de CEPA, “los cortes aumentaron entre 15 y 20%, no tanto en el pollo sino más bien en los cortes. La pechuga pasó de u$s1.900 a 2.300 la tonelada, y los cuartos traseros -que es lo que consume Japón principalmente- subieron de u$s1.600/1.700 a u$s2.300”.
Sin embargo, pese a este buen panorama internacional, Domenech se refirió a que las trabas que tendrá que enfrentar la producción para poder responder a la demanda internacional son, principalmente, de capacidad instalada. “No vamos a poder dar satisfacción a toda la demanda porque no contamos con la suficiente cantidad de plantas habilitadas para todo el trabajo con corte”, sostuvo
En cuanto a la posibilidad de un desabastecimiento del mercado interno, Domenech negó que esto pudiera suceder porque “no lograremos suplir la demandas internacional, por lo que no descuidaremos la plaza interna”.
Por último, en lo que se refiere a los cortos productivos, Domenech afirmó que, pese a que los mismos se “incrementaron”, consecuencia del aumento de la soja en los mercados internacionales, “a nuestros competidores también se les aumentó los costos”.
De todas formas, el titular de CEPA reflexionó que “dependerá de nosotros que nos podamos colocar dentro del mercado internacional como jugadores prestigiosos, manteniendo una conducta en lo que tiene que ver con la calidad del productor”. l
Gustavo Malem
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