Un estudio realizado por el técnico del INTA Cruz del Eje, Nicolás Marí, determinó que la superficie quemada este año en Córdoba ascendió a unas 25.000 hectáreas.
El relevamiento determinó que los incendios ocurridos en noviembre superaron la media de la provincia para esta época, y que las principales zonas afectadas estuvieron en su mayoría en el noroeste provincial: el Valle de Punilla, Deán Funes, Ischilín, Pocho, Ambul y Guasapampa.
Aunque las llamas también alcanzaron a varias áreas agrícolas.
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Respecto a los impactos sobre la producción agropecuaria, advirtió que el avance del fuego se tradujo nuevamente en pérdidas materiales, afectando la infraestructura de los campos.
“Necesariamente, hay que trabajar de forma articulada para dar soporte a los pequeños y medianos productores, principalmente”, expresó Marí.
EMERGENCIA NACIONAL
En este marco, en el marco de la reunión de la Comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria, Córdoba elevó a la Nación el pedido de homologación del decreto que estableció el desastre agropecuario por incendios en esta zona del país.
Esta declaración alcanza a productores agropecuarios (agrícolas, ganaderos, forestales, apícolas y frutihortícolas) que desarrollan su actividad en zonas afectadas delimitadas por los polígonos georeferenciados en 11 departamentos de la provincia (Calamuchita, Colón, Ischilín, Minas, Pocho, Punilla, Rio Cuarto, Río Seco, San Alberto, San Javier, Tulumba), desde el 1 de diciembre de 2022 hasta el 30 de noviembre de 2023.
“Además, solicitamos a las autoridades nacionales que dispongan acciones y fondos de prevención y mitigación, para acompañar a los productores afectados”, afirmó Marcos Blanda, secretario de Agricultura de Córdoba.
La solicitud de homologación de los decretos provinciales de Emergencia Agropecuaria es un paso necesario e indispensable para que los establecimientos incluidos en las zonas afectadas puedan acceder a los beneficios que otorga la Nación para estos casos, tanto en materia impositiva como crediticia.