Luego de dos años de obras, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INCUINTA- inauguró su nuevo edificio, que ocupa una superficie de casi 700 metros cuadrados y tiene como objetivo, la incubación de empresas de base tecnológica para el desarrollo de productos de uso veterinario y humano.
Con una inversión de más 126 millones de pesos, el edificio está terminado y equipado con un microbioreactor (único en Latinoamérica) para el desarrollo y la puesta a punto de procesos de fermentación de levaduras y bacterias y un biosensor Surface Plasmon Resonance (SPR), único en el país, utilizado en las diferentes etapas de estudio para el descubrimiento de fármacos.
Además, la planta está diseñada con una mirada sustentable, posee un sistema de calefacción por termotanques solares y provisión de agua enfriada, ultrapura, vapor y gases especiales.
En su discurso, Santiago del Solar, jefe de gabinete del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, felicitó al INTA y, en especial, a todos los que fueron parte de este proyecto por el esfuerzo invertido para alcanzar este logro. “La Argentina tiene capacidades de generar riqueza a través de la agricultura y la ganadería, pero vale destacar el valor que tenemos al generar conocimiento”, aseguró.
En este sentido, se refirió al nuevo edificio y aseguró que “va a permitir escalar dimensiones e ideas de muchos científicos argentinos para transformarlas en productos para beneficio de la humanidad: esto es generar oportunidades, riquezas y empleo”.
“Nos debemos un país que exporte valor agregado a través del conocimiento”, expresó Juan Balbín, presidente del INTA.
Entre sus dependencias cuenta con locales para incubación de empresas de base tecnológica, un laboratorio de desarrollo y para la producción de kits diagnósticos, tres salas de fermentación para plataformas de células de insecto, levaduras y bacterias, sala para el manejo de bacteriófagos, salas de lavado, de preparación de medio, piso técnico, oficinas y sala de reunión. Contará con espacio de trabajo para siete investigadores y 11 becarios. Será un espacio para la interacción permanente de las instituciones del sistema científico y tecnológico nacional.
Entre sus desarrollos, el INCUINTA junto con la colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), busca expresar las moléculas de VHH de llama o anticuerpos en un cultivo continuo de levaduras, método con el podrán hacer el escalado industrial de las moléculas y su uso como alimentos funcionales y biofármaco.
Los VHH son unas moléculas derivadas de los anticuerpos de los camélidos y las más pequeñas que existen en la naturaleza con la capacidad de reconocer específicamente a otra molécula y enlazarse a ella. De este modo, este nanoanticuerpo es un anticuerpo monoclonal recombinante.