Todo surgió gracias a una inversión de $ 5.800.000, aportados por el ex-Ministerio de Agroindustria de la Nación a través de la provincia de Río Negro, con el fin de que el nuevo Centro de Multiplicación de Biocontroladores (Cemubio) del INTA Alto Valle permita generar tecnologías para la cría masiva de insectos autóctonos que se usan en el control biológico de plagas.
Participaron de la inauguración: Luis María Urriza, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Gobierno de Agroindustria del Ministerio de Producción y Trabajo, Alberto Diomedi, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia de Río Negro, Juan Balbín, presidente del INTA y otras autoridades.
Durante el evento,Urriza en su discurso se mostró “entusiasmado y alegre” por este logro que va en línea con las prioridades nacionales, como son “la fruticultura y la sanidad del sector”.
Por su parte, Liliana Cichón, especialista en control biológico de plagas en fruticultura del INTA y líder del proyecto, agradeció a “todos los que creyeron en el Cemubio y permitieron que se haga realidad tanto a nivel nacional e institucional como desde la comunidad científica”.
Para la investigadora, se trata de un proyecto “innovador a escala mundial que arrancó en los años 90 cuando introdujimos por primera vez en la región la posibilidad de trabajar en la reducción de productos químicos, para luego desarrollar áreas sustentables”, destacó.
“Hoy los mercados son más exigentes, con restricciones cada vez más grandes en cuanto a calidad e inocuidad: dos elementos que muchas veces se contraponen. Además, hay un marcado aumento de las producciones orgánicas en frutales y hortalizas” agregó. En este sentido, para Cichón resulta “fundamental” crear la tecnología de escalamiento de cría masiva de enemigos naturales de un modo económico y práctico, de la mano de lograr una estrategia de empleo precisa en el terreno.
Fuente: INTA Informa
Centro de Multiplicación de Biocontroladores (Cemubio)
En la Argentina, el control biológico se desarrolla a escala experimental, a excepción de algunos casos exitosos. La adopción de esta herramienta, según informa el INTA, tiene un alto valor para el diseño de programas sanitarios de escaso impacto ambiental ambiental, pero se enfrenta a la ausencia de tecnologías para la producción masiva de biocontroladores y a la falta de conocimiento sobre el uso del bioinsumo a campo.
Por ello, desde 2016 el Cemubio se enfoca en generar tecnologías para el escalamiento de la cría de insectos benéficos autóctonos, enemigos naturales de las plagas que provocan pérdidas millonarias en los cultivos, y el proyecto también prevé la formulación de un modelo asociativo público-privado que permita al sector disponer comercialmente del bioinsumo a partir de su producción masiva por parte de una determinada empresa.
De esta manera, el productor podrá contar con una herramienta de bajo impacto ambiental y fácil empleo a campo.
Otro gran logro del Cemubio fue la introducción de un nuevo biocontrolador a la etapa de evaluación y la producción de huéspedes en laboratorio, que sirven como dieta para los primeros.
