La siembra de maíz y de girasol en Ucrania podría caer a menos de la mitad de la superficie inicialmente prevista, antes de que comenzara la invasión rusa, según reveló el ministro de Agricultura ucraniano, Roman Leshchenko.
Se trata de un dato fundamental para los mercados, debido a la relevancia que tiene Ucrania en la producción y exportación de ambos cultivos.
Según señaló la consultora Granar, Leshchenko le dijo a la agencia Reuters que la siembra de cultivos de primavera de 2022 podría reducirse a más de la mitad desde los niveles de 2021.
En concreto, se implantarían unas siete millones de hectáreas, frente a las 15 millones previstas antes de que Rusia invadiera el país.
Maíz
Esta noticia es una de las razones por las que el cereal volvió a subir el viernes en Chicago y acabó la semana con saldo positivo. El contrato a mayo subió U$S 2,27 hasta alcanzar los U$S 296,84 la tonelada.
“La continuidad de la guerra en la zona del Mar Negro y la pérdida de competitividad de las exportaciones brasileñas por la apreciación del real frente al dólar fueron los dos principales factores alcistas para el cereal estadounidense”, sintetizó Granar.
Soja
La soja también cerró en alza, tanto en la diaria como en el análisis semanal. En este caso, un fundamento esencial es la persistente apreciación del real frente al dólar –en la semana la paridad pasó de 5,0173 a 4,7518–, que le resta competitividad a las ventas brasileñas y posibilita que se prolongue el interés de China sobre la materia prima estadounidense.
Asimismo, el cierre alcista de los precios del aceite (mayo sumó U$S 10,14 y quedó con un ajuste de U$S 1647,92 dólares) aportó a la tónica positiva del poroto (sumó U$S 3,49 hasta U$S 628,41) y respondió a la firmeza de petróleo.
Aquí también influyó la posibilidad de que la siembra de girasol en Ucrania, el principal productor mundial del grano y proveedor del aceite, se reduzca sensiblemente por la continuidad de los combates.
Trigo
Por último, el cereal de invierno adicionó U$S 6,07 dólares en la posición mayo y también cerró una semana en alza, con un valor de U$S 405,01 la tonelada.
“La guerra entre Rusia y Ucrania continúa, y más allá de que el mercado ya incluyó en el actual nivel de valores las severas restricciones que persisten para el comercio desde la zona del Mar Negro, sobre todo desde Ucrania, alimenta la tónica alcista la chance de que –de prolongarse las hostilidades– los agricultores no logren levantar con relativa normalidad la cosecha de invierno, que debe comenzar en junio”, mencionó Granar.
Como un dato al respecto, la semana pasada la consultora APK-Inform señaló que, teniendo en cuenta el mapa de la actividad militar tras la invasión rusa, “de los 7,6 millones de hectáreas sembrados con trigo de invierno, centeno y con cebada, solo podrían estar disponibles para la cosecha 5,5 millones”.
Lo que actúa como contrapeso bajista son las lluvias registradas en las zonas productoras de trigo de invierno en el sur de las grandes planicies estadounidenses, donde tanto suelos como cultivos necesitaban el aporte de la humedad.
