“Hoy estamos atravesados por un montón de cuestiones que tienen que ver con la tecnología y la inteligencia artificial, pero si no les enseñamos a los futuros profesionales que el principal valor agregado que podemos tener es diferenciarnos como personas, algo estamos haciendo mal”, señala Soledad Stadler, licenciada en Administración de Negocios Agropecuarios, que dedica parte de su tiempo a la facultad y parte a acompañar a un grupo de contratistas.
Si bien es oriunda de Colonia Barón (La Pampa), desde hace 20 años vive en la capital provincial, Santa Rosa, donde es jefa de trabajos prácticos en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional.
Su tesis de investigación doctoral la acercó al mundo de los contratistas rurales y los fierros, y desde entonces, el contratismo pasó a ser su pasión y, por qué no, su vocación. Para Soledad, la mujer cumple un rol fundamental entre los contratistas de maquinaria agrícola y por eso desea que tengan más oportunidades arriba de la máquina.
En esta edición de la serie de podcasts ELLAS, cuenta su historia, las decisiones importantes que tomó en su vida (como cuando había empezado a estudiar geología pero a los dos años se dio cuenta que quería agronomía) y cómo analiza la situación de un grupo de actores fundamentales en los agronegocios argentinos: los prestadores de servicios.
– Naciste en Colonia Barón, La Pampa, una zona bien rural. ¿Cómo fue tu vínculo con el campo de niña?
– Tengo muchos recuerdos de los cumpleaños de mis amigos. Soy hija de los ’80, o sea que en los ’90, había mucha gente viviendo en el campo y muchos compañeros del colegio vivían en el campo. También parte de mi familia, como mis tíos. Por eso el campo es mi infancia, mis raíces, y es la vida del pueblo.
– ¿Qué sensaciones, recuerdos, anécdotas, olores, te quedaron grabados de aquellos años?
– El color de las mañanas. El olor a leña y las carneadas. Mucha nostalgia por lo que fue, por la gente que vivía en el campo. Íbamos en bicicleta al campo del vecino.
– ¿Tu familia cómo estaba conformada?
– Mis padres eran empleados. Mi mamá, ama de casa. Yo soy nieta de inmigrantes rusos-alemanes que sí eran productores de pequeñas chacras. Y mis tíos fueron productores.
– ¿Y qué te llevó a estudiar Administración de Negocios Agropecuarios? ¿Hubo algún momento en particular que te hiciera definirte?
– Agronomía siempre estuvo ahí. Pero empecé geología. Quería ser geóloga. Pero un día estaba en una clase de “Paleo 2” y dije, “Esto no es para mí”… mirar bichitos… no sé…
– ¿Y por qué en ese momento y no antes?
– Siempre había querido estudiar agronomía. Pero era difícil para los de esa época, insisto, hijos de los ’80, que en los 2000 terminábamos el secundario, irnos a estudiar y mucho más difícil era irnos a estudiar más allá de Santa Rosa. Había que elegir lugares cerca. Pocos se podían ir a Buenos Aires o Córdoba. Cuando yo tuve edad para irme a estudiar no estaba la carrera, ya dos años después sí la abrieron y eso también creo ayudó en mi ida.
UNA EXPERTA EN CONTRATISTAS
– Desde tu profesión has forjado un vínculo fuerte con los contratistas, incluso hiciste una tesis de doctorado sobre ellos. ¿Cómo es este trabajo?
– Yo siempre trabajé en temas de maquinaria, actores sociales agrarios. Y de hecho, mi vecino era contratista, un tío era contratista. Y vos no te dabas cuenta, en ese momento que los contratistas son un sujeto social agrario muy importante. Cuando gané la beca del Conicet y me fui a trabajar a la Facultad de Agronomía a Buenos Aires, los contratistas eran el tema de mi directora. Yo empecé a investigar en La Pampa qué pasaba con los contratistas. Acompañé a la Cámara de contratistas de La Pampa, acompañé un grupo de Cambio Rural.
– ¿Cómo los ayudás hoy a los contratistas? ¿Cómo trabajás con ellos?
– El proyecto inicial se terminó y quedé con muchas relaciones. Hoy tenemos un grupo de 111 más o menos que estamos conectados por whatsapp, y funciona como un grupo de contención. Yo los acompaño en todo lo que te imagines. Y en la pandemia fue mucho más. porque me llamaba un contratista detenido en medio de una ruta, porque le faltaba un permiso. El rol muchas veces es de contención y de comunicación. Yo tengo la impunidad de no ser colega de ellos y les digo lo que siento.
– En Argentina los contratistas cosechan más de la mitad de la superficie de los principales cultivos. ¿Creés que tienen el reconocimiento que se merecen?
– No. Falta. En La Pampa avanzamos un montón, porque logramos que sean reconocidos como sujetos de crédito. Pasaba, y sigue pasando en otros lugares, que si vos como contratista vas a un banco, estés complicado para conseguir un crédito si no sos, además, productor. El contratista no está contemplado como sujeto de crédito. Y en La Pampa lo logramos y están teniendo una tasa preferencial. Pero a nivel nacional falta mucho. Es muy difícil porque lo que no se mide no existe y si vos hoy tenés que decir cuántos contratistas hay en el país vas a encontrar estimaciones, que tienen un margen de error importante. Además son muy distintos porque tenés contratistas con muchos equipos y otros más chicos, y sin embargo todos tienen los mismos problemas.
– ¿Cuáles son los principales problemas que tienen y qué creés que necesitan mejorar los contratistas?
– El problema más importante es la falta de financiamiento. En este momento en particular está complicado para todos los sectores del agro y al país en general. Pero de por sí, el contratista siempre está complicado. Pero más allá de eso, ellos necesitan darse cuenta que son empresarios. El 80% no se ve como empresarios. Y sin embargo manejan capital de trabajo, tienen muchos empleados, y financian la campaña de los productores. Porque el contratista sale hoy con su máquina y tiene que pagar el gasoil ayer, el empleado ayer, y sus plazos de cobro son 30, 60, 90 o más días. Y eso hace que siempre estén complicados en su economía.
LA DOCENCIA Y EL ROL DE LAS MUJERES
– Además sos docente en la Facultad en La Pampa, ¿qué feedback tenés con los alumnos?
– Soy jefa de trabajos prácticos, en realidad. Estoy en la cátedra de extensión rural. A mí me gusta básicamente aprender. Yo siempre les digo que tengo para aprender de todos más de lo que puedo explicar. Vos para explicar tenés que saber que le pasa al otro. También me parece, y me pasa con los contratistas y estudiantes que me gusta el trabajo de contención. Hoy estamos atravesados por un montón de cuestiones que tienen que ver con la tecnología, la inteligencia artificial y todo eso, pero si no les enseñamos a futuros profesionales o contratistas, que el valor a agregado que podemos tener es diferenciarnos como personas, estamos haciendo las cosas mal.
– Uno de los grandes desafíos que tiene el campo es la renovación. ¿Están entusiasmados los jóvenes con lo que viene?
– Yo creo que hay renovación pero también hay muchos sectores. El campo no es uno. Hay muchos campos dentro del agro. Y hay muchos jóvenes distintos, y todos tienen algo para aportar. El agro es diverso, con un montón de historias.
– Hablando de diversidad y volviendo a los contratistas, ¿Cuál es el rol de las mujeres entre los prestadores de servicio?
– Son pocas. Quizás tendría que hacer otra tesis para preguntarme por qué son pocas. Pero dentro de la familia contratista quizás son pocas las que se suben a las máquinas, pero son muchas las que toman decisiones. Es la que lleva los números, está con los detalles, la administrativa. Creo que el desafío es cómo trabajar con las mujeres para acompañarlas a subirse a la máquina.
– ¿Cómo te ha ido a vos entre contratistas, un sector que como decís, hay muchos hombres?
– Yo tengo dos cuestiones diferenciadas. En lo organizacional, formal, no fui bien recibida. Inclusive en un chat a uno se le escapó “¿Qué hace esta que es mujer acá?”. Eso lo leí yo. Y lo dijo una persona muy influyente en un grupo. Me costó irme porque como soy yo no me quedé callada y cosas que nunca dije, las terminé diciendo en el peor de los modos. Pero automáticamente que me fui, vinieron un montón de hombres que me valoraron y armé mi chat paralelo.
FUERA DEL SURCO
¿Hay alguna actividad por fuera de tu trabajo en la que sirva para resetearte, que te despeje la cabeza? Algún deporte, algo artístico, música…
– Ahora que lo pienso me estoy dando cuenta que tengo bastante postergadas mis cuestiones personales. Más allá de que soy mamá, soy compañera de mi pareja, y el día a día me consume mucho. Pero me gusta escuchar música, aunque escucho la misma música desde que tengo 14 años. Andrés Calamaro. Ah, y (Enrique) Bumbury… que se yo. Asique por favor que sigan sacando temas nuevos porque se me termina el repertorio (se ríe). También me distiende estar con Sofi (la hija).
– ¿Series? ¿Películas? ¿Mirás?
– Series se me terminaron las que me gustaban. Pero me gusta leer. Y me gusta salir de mi zona de confort y hacer cosas nuevas, acompañando proyectos. Me copan otras cosas. A mí me gusta aprender de lo que sea.
– ¿Algún lugar en el mundo que te gustaría conocer?
A mí me gusta volver a los lugares en los que fui feliz. El lugar donde me crié. Mi escuela.
– ¿Y algún lugar que ya conozcas y le dirías a alguien que vaya a conocer?
Vayan a San José, un pueblo que está al lado de Colonia Barón, que tiene mucha historia de los alemanes del Volga y transmite mucha paz.
– ¿Hay alguna mujer referente, que te haya marcado?
– Generalmente es la abuela. Y yo siento que también mi abuela. Una la tuve hasta el año pasado y a la otra casi no la conocí. Yo pienso que siento admiración de las mujeres que estuvieron antes, por lo que sufrieron en silencio, porque mis abuelas tuvieron historias muy duras y se la bancaron en silencio, pasando momentos feos, escapando. Pero también me inspiran las mujeres que conozco ahora. Hay muchas chicas con historias fuertes que te inspiran.
– ¿Tenés alguna frase de cabecera que guíe tu camino?
– No (piensa). Pero te puedo decir una frase de un tema de Calamaro “todo lo demás también”. Siempre la llevo conmigo. Sería esa.
MUJERES EN CAMPAÑA
“ELLAS” es una serie de podcasts realizados por Infocampo con mujeres de campo que inspiran por su historia emprendedora, y que cuenta con el acompañamiento de “Mujeres en Campaña”, una iniciativa de New Holland Agriculture que ya tiene un camino recorrido y embajadoras de distintos lugares del país.
La Iniciativa Mujeres en Campaña (MEC) surgió cuando comenzamos a notar que existen muchas mujeres involucradas en el campo con grandes capacidades y que todas teníamos algo en común: la necesidad de compartir experiencias vinculadas al campo y al trabajo rural, nuestro principal objetivo es visibilizar el rol de la mujer rural en cualquiera de sus tareas sea como cliente o como una referente para el sector”, señaló Roxana López, referente de Marketing New Holland Argentina.
Desde “Mujeres en Campaña” desarrollaron el concepto de “embajadoras” que permite conocer un poco más de cada una en su rubro y, a su vez, difundir cómo trabajan y cómo se sienten.
El objetivo de este maridaje entre ELLAS y Mujeres en Campaña es llegar a mujeres de distintas edades y distintas zonas geográficas. “Nos enorgullece cuando un padre nos comenta que le recomendó a su hija inscribirse en nuestra plataforma para capacitarse y realizar algún curso de los que ofrecemos”, agregó López.
Desde la plataforma de MEC, se puede acceder a capacitaciones, foros, talleres, entrevistas y contenido de interés, además, cuenta con una Feria de Emprendedoras para dar a conocer los proyectos que lideran las seguidoras.