En la Región Pampeana se fertiliza más del 95% del trigo, pero no todos los productores lo hacen correctamente. El problema radica en que menos del 50% del total de lotes que reciben la aplicación de nutrientes son analizados a través de un correcto análisis de suelo, para determinar con precisión la cantidad y el tipo de fertilizante que están necesitando, explica Luis Ventimiglia, ingeniero agrónomo, y jefe de la UEEA Inta 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, y agrega, que estos datos surgen de los análisis realizados por laboratorios, en función de las hectáreas sembradas en esa zona.
“Es un error importante no hacer un buen diagnóstico, porque muchos productores fertilizan mal y en realidad con la misma inversión, ajustando la forma y el momento de aplicación, se puede obtener un mayor beneficio”, indica Ventimiglia.
Actualmente, los productores están utilizando en promedio un total de 200 kg/ha entre fósforo y nitrógeno (el valor corresponde al producto comercial) y la intención al inicio de campaña era la de incrementar esta dosis en 25%, es decir, llegar a los 250 kg/ha. Pero las circunstancias actuales, de encarecimiento y escasez del insumo, obligaron a relegar esta decisión.
Hoy no hay disponibilidad de fertilizantes nitrogenados, aunque ya se están acelerando las importaciones de urea y se estima que llegarán nuevos barcos a mediados de agosto.
Las condiciones para fertilizar son buenas y todavía hay tiempo.
La combinación de fuertes fríos y bajas precipitaciones retrasaron la evolución de los cultivos y hacen falta lluvias. “Muchos productores no aplicaron la totalidad del nitrógeno, por lo tanto, los cultivos de ciclo largo están en condiciones de recibir fertilización nitrogenada y también los de ciclo corto, los cuales tienen todavía más de un mes para ser fertilizadosâ, comenta Ventimiglia.
El fósforo se aplica en la línea de siembra, entre 70 y 80 kg/ha (de producto comercial) como mezcla, que puede contener algo de azufre y calcio. El técnico señala que el fósforo es cada vez más limitante en la zona de 9 de Julio y la dosis nunca llega a cubrir lo que se extrae. Hace 5 o 6 años, el 55% de los lotes estaba por debajo de los 10 ppm (partes por millón) en fósforo, un límite crítico para todos los cultivos. En trigo, este índice crítico es de 16 ppm y en soja es de 10 – 11 ppm. Hoy más del 75% de los lotes agrícolas están por debajo de 10 ppm.
En nitrógeno se aplica desde el momento de siembra hasta el macollaje y se utilizan dosis medias de 120 kg/ha (de producto comercial, por ejemplo urea).
El azufre se incorpora entre 5 a 10 kg/ha. Los trabajos realizados por la EEA Inta 9 de Julio muestran que con el agregado de azufre en las dosis antes descriptas,
