El campo argentino pide tecnología e innovación siempre, por ello responde con las mejores prácticas agrícolas para conseguir los más altos rendimientos.
En Venado Tuerto, Santa Fe, una empresa líder en genética de soja y maíz empezó a trabajar para presentar las nuevas variedades de soja en la próxima campaña y también ya tiene entre manos las que lanzará en el ciclo 2022/23.
Infocampo viajó hasta el campo experimental de Stine, “El Campito”, para conocer el trabajo de la compañía norteamericana que, luego de trabajar más de dos décadas en la Argentina, en el año 2018 decidió desembarcar con marca propia. Y lo está haciendo con todo.
Las primeras de la lista que presentaron son las variedades “Enlist”, que fueron aprobadas para su comercialización a nivel mundial recientemente, y combinan la tolerancia a glifosato, el 2,4-D y glufosinato de amonio en un único estaqueado molecular.
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Para esta campaña, la semillera tiene listas cinco variedades del grupo de madurez 2,5 hasta el 4 largo (25EB32, 29EB02, 38EB03, 40EB20 y 48EB20), que se pueden sembrar desde latitud Rafaela (Santa Fe) hasta el sur de la provincia de Buenos Aires.
“En la medida que los eventos biotecnológicos se van a agregando al germoplasma base podemos conquistar áreas sojeras ya desarrolladas que son marginales o de bajo potencial”, dice Ignacio Rosasco, titular de la compañía para Latinoamérica.
En este sentido, en “El Campito”, Stine además está trabajando con firmeza en lo que aspiran a presentar en 2022/23, que son las variedades “Conkesta”, un apilado de cinco eventos biotecnológicos destinado al control de lepidópteros, por medio de dos proteínas diferentes, más la resistencia al glifosato, glufosinato de amonio y 2,4-D.
De acuerdo a la visión de Rosasco, “el negocio de soja en Argentina y los rendimientos vienen con un atraso considerable como producto de que la fiscalización se redujo a un porcentaje muy chico del mercado. Entonces, con las nuevas variedades Stine en las que estamos trabajando, esa brecha de rinde perdido la tenemos recuperada”.
Esto, aclara el directivo, esta relacionado a que la compañía siguió trabajando y mejorando variedades ya que el “breeding” siempre estuvo integrado al programa de Estados Unidos y de Brasil por los últimos 20 años, donde se hacen avances generacionales, en contraestación de producción y de cruzamientos con esos países.
Al respecto, el directivo aclaró que en Argentina ya están trabajando junto con otras marcas líderes en el proceso de captura de valor, por medio de “Bolsatech”, lo que implica tanto el reconocimiento de los desarrollos genéticos como también de los “trade”.
“Este es un gran cambio para capturar valor y se trata de un sistema en el que estamos convencidos que el productor lo aceptará para reconocer a la tecnología”, dice Rosasco, a lo que aclara que este marco regulatorio, tal vez no es pefecto, pero se debe pensar en el largo plazo cuando se puede identificar y rastrear la legalidad de una muestra cuando se entrega el garno y por medio de marcadores moleculares.
De esta forma, concluye el directivo que estos son los primeros pasos para reconocer el trabajo de investigación y desarrollo, y también para la generación de un círculo virtuoso para que los productores accedan a biotecnología y a genética mejor que la actual.