Culminada el pandémico 2020, cabe preguntarse quiénes fueron los ganadores y perdedores en materia ganadera del 2020.
Para responder a esta pregunta, la analista del Rosgan María Julia Aiassa, señala los principales determinantes económicos para hacer el balance, que son: los altos precios del ternero durante todo el año, un precio del alimento en niveles históricamente altos y valores de la hacienda terminada que recién comenzó a reaccionar a la suba en los últimos meses del año.
Con ese panorama, se advierte que “el 2020 ha sido un muy buen año para el criador y para quienes hacen ciclo completo, pero no así para el invernador y el feedlotero“, señala Aiassa.
Según los márgenes brutos para distintos modelos ganaderos productivos, “en los últimos tres ciclos, tanto la cría como el ciclo completo registran márgenes crecientes. En el caso de la cría, la última medición a noviembre arroja un margen bruto $12.373 por cabeza equivalentes a unos USD 155, casi 30% más que lo resultante un año atrás medido en moneda extranjera“.
Para el caso de la invernada, donde ya entra en juego la relación de compra-venta de la hacienda, Aiassa remarca que “el balance resulta muy desfavorable, en especial en los planteos de alta productividad. Medido en dólares, el margen bruto de un planteo de invernada intensiva, cayó un 75% en el último año, al pasar de 57 a 14 usd/cabeza“.
A esa relación de compra-venta se le suma el alto precio del maíz, que subió 20 puntos más que el gordo (93% a diciembre), por ello los resultados para los planteos de recría con terminación a corral y engorde tradicional a grano, se tornan aún más ruinosos.
Cabe aclarar que la relación maíz/novillo que, históricamente ha fluctuado en torno a 85 puntos, llegó a marcar en octubre cerca de 140 puntos, para luego aflojar en estos dos últimos meses -especialmente en diciembre por la recomposición del gordo- y cerrar en niveles de 115 kilos de novillo por tonelada de alimento.
“Es así como un feedlot tradicional que engorda hacienda propia, llegó a perder más de $10.800 por cabeza ingresada por ciclo, un quebrando de USD 136 que se profundiza casi 3 veces respecto de los USD 56 que perdía a finales de 2019“, afirma la analista ganadera.
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