El USDA aseguró que el resultado del relevamiento realizado sobre documentación proveniente de la fundación American Meat Institution (AMI) y del grupo defensor de los consumidores Public Citizen demostró a los inspectores federales un total de 1.036 informes de incumplimiento desde enero del 2004 a mayo del 2005.
La documentación evidenció una falta de tratamiento sobre los materiales considerados portadores de alto riesgo en la propagación de la enfermedad.
El USDA vetó estos elementos de la cadena alimentaria humana días después del descubrimiento en diciembre del 2003 del primer caso estadounidense de la enfermedad de “la vaca loca” en un ejemplar lechero de Washington.
Jim Hodges, presidente de la fundación AMI, explicó que los informes de incumplimiento representan apenas una décima parte del 1% de las 46 millones de cabezas de ganado sacrificados en la nación durante un período de 17 meses.
Por su parte, el servicio de inspección de seguridad alimentaria del USDA aseguró que sus inspectores federales de carne aplicaron estrictamente los reglamentos para mantener la BSE fuera del abastecimiento alimentario para los humanos.
“Este informe demuestra que el personal del programa de inspección tomó acción inmediata cuando determinó que los reglamentos no estaban siendo seguidos de manera estricta. El análisis demuestra que la salud pública está protegida”, dijo la agencia en un comunicado, publicado en su página en Internet.