En 191 páginas, Francisco describe la posición de la Iglesia y su papado en la batalla contra el cambio climático. Estos son los puntos más relevantes de la encíclica Laudato si:
“El gemido de la hermana Tierra se une al gemido de los abandonados del mundo”.
“No basta con reunir información o saciar nuestra curiosidad”, sino que se debe “tomar conciencia y saber cuál es la contribución que cada uno puede aportar”.
“La Iglesia debe promover debates científicos honestos”.
“Basta mirar la realidad con sinceridad para ver que existe un grave deterioro de nuestra casa común”.
El calentamiento es consecuencia del “el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la Tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos”.
“La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro”.