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Forrajeras: los precios subieron hasta un 65%

El pasto ovillo y la festuca aumentaron 43%. Los comercializadores esperan una mayor demanda que podría ser afectada por el avance agrícola y la menor renta ganadera.

El pasto ovillo y la festuca aumentaron 43%. Los comercializadores esperan una mayor demanda que podría ser afectada por el avance agrícola y la menor renta ganadera.
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El mercado de la semillas forrajeras para esta campaña se ve afectado por la menor producción debido a la sequía en zonas como Santa Fe, Entre Ríos y el sudeste y sudoeste bonaerenses, como también por la baja en la producción de otros países, como Australia, donde también se registra una fuerte sequía.

Esto repercutió en los precios del inicio de la campaña. El mayor aumento se registró en el agropiro, que pasó de costar entre $2,50 y 3 el año pasado a $5 en esta campaña.

El pasto ovillo cotiza entre $9,50 y 10, y se requieren entre 5 y 6 kilos para sembrar una hectárea.

Un festuca de primera línea vale entre $10 y 11 por kilo, y se necesitan unos 8 kilos por hectárea. La festuca también es una mercadería poco ofertada. Con la suba que tuvo el último año en el mercado mundial, donde pasó de u$s0,85 a u$s2,20, se dejó de comprar, pero la producción local -900 toneladas anuales- no sería suficiente para atender a la demanda. Esta pastura, el año pasado costaba $7 y éste cerca de $10 por kilo.

La alfalfa tiene un piso este año de $13 y se requieren 10 kilos por hectárea.  

La cebadilla cuesta $1,90 por kilo. Si bien el precio es bajo respecto de otras variedades, se usan cerca de 15 kilos para producir una hectárea; aun así los comercializadores sostienen que es una buena opción ante la suba del precio de otras especies.

Un kilo de raigrás de la mejor calidad se vende en $3 y se necesitan 20 para sembrar una hectárea. En este caso no hubo variaciones en el precio porque aún no se terminó de cosechar y no está claro cuál será la demanda.

Los operadores del sector de las forrajeras sostienen que la sequía y la caída en la renta del feedlot podrían incrementar la demanda de pasturas. Pero la menor rentabilidad de la ganadería y el aumento del área agrícola puede jugar en contra del fortalecimiento de la demanda. De hecho,

en la cámara de semilleristas señalaron que a fines de los 90 la oferta de semillas forrajeras era de 60.000 toneladas anuales y este año fue de 40.000. En menos de 10 años se perdió el 30% de volumen producido. Esto se debió, a criterio de Picasso, al avance de la agricultura, a la intensificación de la ganadería y a que se introdujeron variedades más productivas.

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