Los tamberos tenían previsto protestar el miércoles de esta semana en Plaza de Mayo, pero la idea se fue diluyendo hasta quedar suspendida. Después del éxito que tuvieron los productores de peras y manzanas, los dirigentes rurales más críticos con la Casa Rosada se habían entusiasmado con armar una movida similar, pero, por el pase de facturas interno y las heridas del kirchnerismo, la inciativa quedó congelada hasta nuevo aviso.
Según consigna Letra P, los principales convocantes a la marcha fallida, que era una foto que preocupaba al Gobierno, eran la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprosalde) y la Asociación de Productores de Leche (APLA). “Por ahora, está todo suspendido; sigue en agenda, pero la movida del miércoles quedo en stand by”, dijo Luis Otero, de APLA.
El golpe final a la protesta lo dio Ministerio de Agroindustria, que convocó a una reunión a todos los representantes de los tamberos para el miércoles por la tarde, a la misma hora en que iba a hacerse la protesta. “Vamos a ir a escuchar y a esperar alguna propuesta concreta del Gobierno para mejorar nuestra situación; vamos a apostar al diálogo, como hacemos siempre”, dijo Otero.
Lo cierto es que la protesta nunca contó con el apoyo de los dirigentes rurales. Pese a que en APLA decían tener el respaldo de la Federación Agraria, su presidente, Omar Príncipe, nunca quiso poner la cara por la manifestación, como tampoco quiso hacerlo Jorge Chemes, el referente tambero de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Toda la dirigencia rural coincide en que la situación de la lechería es crítica y que el rol del Gobierno deja mucho que desear, pero la unidad para llevar a cabo una protesta es muy difícil, sobre todo cuando las entidades convocantes son las que los demás dirigentes señalan como las que fueron más funcionales al kirchnerismo. Para FAA y CRA, fueron APLA y las mesas de tamberos de Córdoba y Santa Fe los que pincharon en reiteradas ocasiones las protestas contra la industria, los comercios y el Gobierno cuando la Subsecretaría de Lechería estaba en manos de Arturo Videla, un cordobés muy cercano al entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
“Hay muchos motivos para protestar, pero no podemos ir a Plaza de Mayo arrastrados por las organizaciones que tienen más intereses políticos que de resolver la cuestión de los tamberos”, dice Esther Faggiano, referente de lechería de la Federación Agraria.
Cuando los tamberos reclamaban mejoras en el precio que les pagaba la industria durante los últimos años, la estrategia del kirchnerismo era ampliar la mesa y sumar entidades que tenían menor representatividad, para evitar que hubiera consensos y disuadir cualquier posibilidad de manifestaciones.
Si bien a la reunión del miércoles en Agroindustria los dirigentes van a acudir a la espera de respuestas concretas, fuentes de esa cartera ya adelantaron que “no va a haber ninguna solución mágica ni ningún anuncio que resuelva una crisis tan importante en diez días”, lo que hace suponer que, pese a las diferencias internas, la idea de una gran protesta va a seguir en el radar.
El principal reclamo de los dirigentes es que la industria pague un mejor precio por la leche, pero, como las principales lácteas dicen estar en problemas, el destinatario final del reclamo es el sector de la comercialización. Hace dos semanas, dos dirigentes gremiales con mucho recorrido se reunieron con los máximos directivos de La Serenísima, que les anunciaron un amplio plan de inversiones e incluso proyectos para abastecerse de leche con sus propios tambos. Tras el encuentro, uno de los dirigentes participantes dijo que la reunión tuvo como objetivo “que entendieran nuestra situación, pero al final casi terminamos poniendo plata nosotros de todo lo que los escuchamos llorar”.