Según el último relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, finalizó la cosecha nacional de trigo con una producción de 17 millones de toneladas que se ubica 15,6% por encima del promedio de la última década.
La realidad es que la campaña podría haber sido mucho mejor en términos productivos, pero la sequía condicionó la campaña triguera desde la siembra, que no sólo imposibilitó una posible expansión del área como se preveía al inicio del ciclo, sino que además afectó el crecimiento y el desarrollo de cereal.
El rendimiento promedio nacional de la cosecha de trigo quedó en 2.820 kg/ha, número que se ubica como el segundo más bajo de los últimos 10 años, y las pérdidas de área fueron del 7,2% que representa la proporción más alta de la última década.
Las zonas más afectadas de la campaña fueron el centro y norte del área agrícola, donde los rendimientos regionales promedio se ubicaron entre un 20 y un 60% por debajo de los obtenidos el año pasado, pero sumando la menor superficie sembrada y las zonas pérdidas, la producción de la región cayó entre 40 y 75%.
Las regiones que salvaron la producción nacional de trigo fueron el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires, el centro de Buenos Aires y el sudoeste de Buenos Aires-sur de La Pampa, se alcanzaron rindes superiores al de la campaña previa en un 30, 41 y 95% respectivamente.