“Los avances perfilan al 2005 como un año de crecimiento para la exportación de maquinaria agrícola” (INTA Manfredi). La producción argentina busca resguardo en el mercado externo.
Los vaivenes económicos del país, la falta de publicidad, la fragilidad que se generó en la industria nacional exportadora durante la década del 90, las trabas impositivas y la falta de infraestructura son algunas de las cuestiones que apagan el impulso exportador. No obstante, la Argentina, cuenta con un potencial tecnológico en maquinaria que el mundo no puede desconocer. Así piensan muchos fabricantes y por ello tientan a los compradores externos.
Julio Piccat, gerente general de Ingersoll Argentina destacó dos cuestiones a tener en cuenta al exportar. “Por un lado, todo lo que tiene que ver con la normalización del producto porque el cliente siempre va a esperar la misma calidad. El otro tema es logística, que en la Argentina tiene algunas complicaciones”. “Por ejemplo, no hay buques que vayan de Argentina a Australia directamente. Entonces, tenemos que hacer trasbordo con las pérdidas de tiempo y dinero que eso acarrea”, dijo Piccat y enfatizó: “estos son problemas que se han sobredimensionado después de la crisis por la baja en la actividad de importación dado que los buques no tienen nada que traer a Buenos Aires y entonces directamente no vienen”.
Desde hace casi 40 años, en Monte Maíz, Ingersoll se especializa en discos y cuchillas para arados, rastras y sembradoras de granos. En 1997 y 1998 fueron distinguidos por el gobierno de Córdoba con dos premios: “Por su volumen exportado” y “A la trayectoria exportadora”.
Antes de 2000 exportaban alrededor de U$S 1 M, mientras que hoy alcanzan los U$S 3,5 M. Los principales mercados son EE.UU. (con el 50% de las compras), luego Australia, y ocho países más (Canadá, España, Uruguay, Chile, Perú, Venezuela, Costa Rica, Guatemala).
“Nuestras exportaciones son incipientes, y vamos muy lentos. Ahora estamos exportando algo a Europa, principalmente España, Italia -de allí a Rumania-, Francia, Inglaterra y de este último a Finlandia, y a Uruguay y Chile”, contó a Infocampo Enrique Bertini, titular de la firma homónima quien desde 1999 hizo alrededor de 12 viajes “para analizar qué y cómo siembran, cómo son los suelos, qué problemas tienen y su idiosincrasia”. Al ser consultado por la rentabilidad, Bertini dijo que “todavía no gana dinero” y explicó que las exportaciones se basan en la tecnología de siembra directa desarrollada en la Argentina, que en Europa recién comienza.
El titular de Bertini S.A. criticó la retención a la exportación de 5% para poder embarcar, “que es una cosa inédita”. Respecto de las adaptaciones que hay que hacer para exportar, las más importantes tienen que ver con el transporte, la homologación de la Comunidad Europea y la seguridad.
Juan Ignacio Martínez Dodda | jdodda@infobae.com