En el partido de General Belgrano, provincia de Buenos Aires, productores se acercaron al Campo Demostrativo de la firma Kioshi Stone y comprobaron que aún en un año Niña es posible lograr una producción más eficiente en lotes con restricciones, aplicando un manejo técnico adecuado y nanotecnología.
Durante la jornada, que fue la primera que se realizó en forma abierta en el predio ubicado a la altura de la RN 29 y RP 61, especialistas disertaron acerca de las “Estrategias de manejo por ambientes en maíz y soja”, con una demostración a campo de la aplicación de los productos Mist, de Kioshi Stone.
En el caso del maíz, se hizo foco en los fundamentos de la fertilización foliar con dos charlas a cargo de los ingenieros agrónomos Germán Bianchini, de Agroestudio Rafaela y Rocío Cordero, de Kioshi Stone. Mientras que las estrategias de manejo en años Niña fueron abordadas por el Ing. Agr. Ezequiel García Stepien, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).
Con esta casa de altos estudios Kioshi Stone firmó un acuerdo para realizar estudios y ensayos agronómicos en este campo demostrativo, con el objetivo de corregir las limitantes de suelos asociadas al sodio y la salinidad, y apuntar a un aumento en el rendimiento de los cultivos.
En cuanto a la soja, los ingenieros agrónomos Francisco Larraburu, de Kioshi Stone y Hernán Villada, de Agroestudio Rafaela, hablaron de fertilizar pensando en el cultivo y en el suelo; y el Ing. Agr. Néstor Urretabizkaya, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ, se refirió al manejo de chinches en etapas reproductivas.
Estrategias y resultados
El campo demostrativo cuenta con 68 hectáreas productivas con lotes de diferentes características, con suelos heterogéneos y algunas limitaciones propias de la región, donde Kioshi Stone viene trabajando desde mediados del año pasado con todo su paquete tecnológico, con rotaciones, buenas prácticas y protocolos novedosos priorizando el cuidado del ambiente.
Durante el encuentro, Cordero relató que para el cultivo de maíz, previo a la siembra, se aplicó el producto Mist TPS, recomendado para leves correcciones de pH o reposición de bases al suelo.
“Justamente, en este campo de la Cuenca del Salado nos encontramos con un lote bastante heterogéneo en sodio y pH. La idea fue acondicionar el suelo, prepararlo para recibir la semilla. Aplicamos tres litros y en solo 30 días mejoraron los valores de pH y se desplazaron sales y sodio del suelo. Además, aportamos calcio y magnesio, que son estructurantes”, detalló.
Luego, a la siembra, se aplicaron tres litros de Mist P, un fósforo líquido, que se aplica en cobertura total, y esa aplicación se complementó con 60 kilos de MAP. Luego, se hizo una aplicación de 50 kilogramos por hectárea de urea, y luego una complementación en V6 de Mist N, de aplicación foliar.
“Se recomienda complementar la fertilización tradicional con Mist. Sobre todo, con las adversidades climáticas y sabiendo que desde 2021 se registra un fuerte incremento de precios de los fertilizantes tradicionales. Además, es muy fácil de aplicar”, resaltó la experta.
En soja
Para la soja, se optó por el vivificante de semillas Mist-VL, una dispersión de nanopartículas minerales que contiene Cobalto y Molibdeno, entre otros, que son claves para la nodulación. “Partimos primero del suelo y luego empezamos a jugar desde la semilla: le damos nutrientes y condiciones necesarias para que empiece a nodular y esos nódulos puedan interactuar con el suelo. Ya estamos empezando a generar rendimientos”, expresó el experto Francisco Larraburu.
En este caso, tras aplicar Mist-TPS 78, que contiene Azufre y Calcio y un adicional de Azufre elemental, se agregaron 3 litros del arrancador Mist P. “La implantación en las parcelas donde estuvo presente el Mist P fue mucho más rápida en relación a las que fueron tratadas solamente con MAP, y en la zona donde incluimos el vivificante de semilla se mejoró mucho la implantación: fue más rápida y vigorosa”, resaltó Larraburu.
Además del Fósforo, a partir de V6 se utilizó Mist Balance, un producto foliar que tiene macro y micronutrientes que permite aportar al desarrollo vegetativo. Más adelante, se hizo una aplicación de Balance en R2 para buscar que los micronutrientes y el Potasio mejoraran la retención de flores, sobre todo en un año Niña que pasó con un enero complicado en términos climáticos. “Los resultados quedaron a la vista hasta en el número de vainas, que están llenas”, agregó el técnico.
En la recorrida y tras las charlas con los técnicos, los productores pudieron ver a campo las innovadoras soluciones que ofrece la nanotecnología en materia de corrección de suelos y nutrición de cultivos.
“Fue una jornada muy provechosa, donde se pudo apreciar que esta tecnología es aplicable a la producción del día a día, que no se trata de una rareza complicada, sino que es el complemento ideal para lograr mejores resultados en contextos difíciles”, resumió Gabriel Lema, presidente de Kioshi Stone.