Hace 20 años, la FAO desembarcó en nuestro país. Un 16 de octubre de 2003, el organismo de la ONU abrió su primera oficina en el país y desde entonces, desarrolló un trabajo vinculado al bien común.
De este modo, sus esfuerzos se han enfocado en promover la seguridad alimentaria, fortalecer la producción agropecuaria sostenible, mejorar la gestión de los recursos naturales e impulsar el crecimiento económico inclusivo, entre otras líneas de trabajo.
“Con estas acciones buscamos apoyar la igualdad y equidad de género, así como la inclusión de los jóvenes y el aumento de la resiliencia de las poblaciones”, señalaron desde el organismo.
En estas dos décadas, el trabajo de FAO en Argentina acumula una rica historia, que tiene una fuerte conexión con la sustentabilidad ambiental. En este punto, recordaron que en 2012 colaboraron con un proyecto para difundir la energía derivada de la biomasa, con el propósito de incrementar la producción de energía proveniente de residuos orgánicos y sumarla a la matriz energética argentina.
El objetivo fue asegurar energía limpia y competitiva, estimular el desarrollo regional y contribuir a mitigar el cambio climático. En ese momento, trabajaron con el entonces Ministerio de Agricultura y la Secretaría de Energía.
MANEJO SOSTENIBLE
El manejo sostenible del ambiente siempre ha sido prioridad para la FAO y se destacan tres proyectos de vital importancia. Uno de ellos fue el dedicado a las especies exóticas invasoras, a través del cual se recabó datos e información, y luego se elaboró una estrategia para abordar el problema.
En este trabajo también se generó una articulación con el sector público y en una etapa posterior se buscó generar conciencia en la población acerca del impacto que producen las especies exóticas invasoras (y las potencialmente invasoras), y sobre lo que puede hacer para combatirlas.
Otro proyecto innovador estuvo vinculado a un enfoque ecosistémico de la pesca, donde se trabajó para proteger las aves y la fauna marina, y se incorporaron mecanismos para evitar la pesca incidental, como el uso de alarmas acústicas en las redes de pesca.
FORESTACIÓN y MUJERES RURALES
La FAO también trabajó en la Estrategia Nacional REDD+ (reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación de los bosques), en el Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos y en el Nivel de Referencias de Emisiones forestales.
“Esto sentó las bases para lograr el financiamiento del Fondo Verde para el Clima, por 82 millones de dólares”, señalaron. La FAO dio apoyo para la elaboración de la propuesta y actualmente, para la implementación.
En estos proyectos un gran logro ha sido poner al género como un eje transversal. Es que para la FAO la equidad es un tema directamente relacionado al desarrollo sostenible y a la seguridad alimentaria.
Por eso, en 2016, desde la representación en Argentina surgió la campaña “Mujeres Rurales”, con el fin de poner en valor el rol de las mujeres en la producción agropecuaria y fortalecer su presencia como dirigentes en las instituciones ruralistas.
Dicha campaña tuvo incidencia en la incorporación de la perspectiva de género en el Censo Agropecuario Nacional de 2018.
MANEJO DE ALIMENTOS
Con el apoyo técnico de la FAO, desde 2018 la Argentina cuenta con un Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, liderado por la Secretaría de Agricultura, y que trabaja junto a la red nacional del mismo nombre, integrada por actores del sector público y privado.
A principios de este año se lanzó la Guía para Mercados Mayoristas Frutihortícolas que es parte de la agenda impulsada por FAO vinculada a la modernización de los canales de comercialización y distribución de alimentos. Esta guía constituye un paso importante en el avance de la estrategia argentina 2030 “Valoremos los Alimentos”.
