Con base en la localidad bonaerense de Roque Pérez, a tan solo 130 kilómetros de la Avenida General Paz, Antonio “Tito” Carbonari ha superado todos los escollos y se ha abierto camino con una única bandera: estar siempre al acecho de innovaciones, conocimiento y desarrollos novedosos para la agricultura.
“Yo pasaba casi todo el día en el campo y trabajaba muchísimo, pero no lograba sacar rédito de todo ese esfuerzo. Para mí fue esencial la adaptación, porque mi crecimiento se dio cuando comencé a aplicar la tecnología que me enseñaban”, se sincera el experimentado productor que trabaja junto a sus dos hijos, Luis y Facundo. Sus comienzos como contratista le sirvieron para acceder a las innovaciones que aplicaban sus clientes. Así se topó con Oscar Alvarado, fundador de El Tejar, quien lo introdujo en la siembra directa cuando esta técnica daba sus primeros pasos en el país. “Él fue un gran inspirador y me motivó para que siguiera mi propio camino como productor”, recuerda.
Primero en campos alquilados y luego propios, la avidez de Carbonari por las nuevas tecnologías nunca se detuvo. Fue así que tomó contacto con Marcelo Mengoni, que desde su distribuidora LíderAgro le provee desde hace varios años las últimas novedades. “Hablamos muy seguido, casi todos los días, y nos avisa cada vez que alguna empresa lanza alguna solución innovadora. Para nosotros es fundamental su asesoramiento en todo el manejo agronómico”, confiesa.
Mi campo es testigo
El rol de Mengoni fue decisivo durante la actual campaña, cuando en una recorrida por las más de 250 hectáreas sembradas con trigo advirtieron los primeros signos de roya anaranjada. “Al principio casi no había incidencia, pero en una semana explotó. Fue ahí donde Tito me alertó y rápidamente decidimos aplicar”, explica el responsable de LíderAgro. Ante los pobres resultados y el flojo desempeño que el año pasado alcanzaron con la aplicación de mezclas genéricas como estrobirulinas y triazoles decidieron recurrir a la última tecnología.
Así se toparon con Tridium, el primer fungicida triple mezcla sistémico que combina tres modos de acción diferentes. Además, al tener Mancozeb entre sus activos tiene acción multisitio y previene la generación de resistencias. “Es la primera vez que usamos este producto de UPL. La realidad es que en los últimos años la problemática de resistencias nos venía complicando. Las residualidades eran cada vez menores y las enfermedades reaparecían con más frecuencia. Optamos por este fungicida y la performance ha sido muy buena”, cuenta Mengoni.
La aplicación de dos kilos por hectárea de Tridium tuvo lugar a principios de octubre, cuando el cultivo se encontraba en Z32. Al realizarse en estadíos tempranos se consiguió anticipar la aparición de las primeras pústulas de la enfermedad y evitar que se disemine al resto del cultivo. “Primero el trigo se pone como blanco. Esto se debe sobre todo al Mancozeb, uno de los principios activos del producto que tinta un poco el cultivo. Pero a los tres o cuatro días que se absorbe, el cultivo se puso verde intenso”, relata el ingeniero agrónomo.
De hecho, el Mancozeb (del grupo de los Ditiocarbamatos) es la molécula clave de Tridium, ya que actúa sobre los diferentes sistemas de la célula del hongo al mismo tiempo, evitando así que se puedan producir mutaciones y se generen casos de resistencia. En Tridium se suman Azoxystrobina (del grupo de las Estrobilurinas) y Tebuconazole (del grupo de los Triazoles). Por lo tanto, son tres modos de acción distintos –y uno de ellos multisitio- que actúan en un mismo fungicida.
“Se apuntó a buscar residualidad y a frenar la enfermedad de base para que no se tuvieran que repetir aplicaciones. En estadios tempranos considero que no tiene sentido hacer una aplicación para que a los diez días tengamos que entrar nuevamente en el lote. Por eso decidimos hacer el control puntual en el lote ya comprometido”, explicita Mengoni, quien detalla que Tridium posee comparativamente mucha mayor residualidad (entre diez y 12 días más) que los productos tradicionales.
El asesor aclara que en la zona todavía “no hay mucha cultura” de doble aplicación de fungicidas. Sin embargo, en esta oportunidad Carbonari hizo una segunda pasada en espigazón en un sector del lote para probar. “Tuvimos un lote sembrado con variedad Basilio donde aplicamos Tridium muy hacia el final, pasado el estadio ideal. En realidad lo veníamos demorando porque no había incidencia y ataques de enfermedad importantes, pero llegó un momento que se nos espigó el trigo y se definió hacer la aplicación. Con el sobrante, luego realizamos una pasada en la mayoría de los lotes sembrados con Algarrobo”, explica Mengoni. Ahora aguardan a los primeros días de diciembre para comenzar la cosecha del cultivo y medir el posible diferencial entre los lotes con dos aplicaciones y aquellos que tienen una sola aplicación de Tridium. “Creemos que en general hay muy buen potencial y no podemos estar debajo de los 5000 kilos por hectárea de rendimiento”, comenta esperanzado Carbonari.
El esquema de rotaciones de Carbonari sigue un corte tradicional que incluye trigo/soja, soja de primera y maíz. “Antiguamente hacíamos mucho más soja, pero ahora se están equilibrando mucho las áreas. Igualmente nunca dejamos de hacer trigo y maíz, incluso cuando no rendía comercialmente. A veces se complica por las condiciones climáticas, pero tratamos de hacer todo lo posible para seguir las rotaciones para el bien del campo. Estamos organizados desde hace mucho tiempo y tenemos confianza en que el conocimiento y la tecnología son el camino para seguir creciendo”, finaliza Tito Carbonari.