Publicidad Cerrar X

Falta precio para el pororó

En el sur santafesino el área sembrada con maíz pisingallo disminuirá por los bajos precios que tiene el cereal. Los productores que se dedican a este cultivo dicen que se debe al oportunismo.

En el sur santafesino el área sembrada con maíz pisingallo disminuirá por los bajos precios que tiene el cereal. Los productores que se dedican a este cultivo dicen que se debe al oportunismo.
infocampo

Los valores están presionados por el desequilibrio entre el crecimiento del stock en años anteriores y la rigidez de la demanda. Los productores que se dedican sistemáticamente a este cultivo manifiestan que se debe al oportunismo de algunos que, cuando los precios eran buenos, sembraron sin tener convenio con los compradores y luego debieron desprenderse de los granos “a cualquier precio”.

El último informe de situación del sector agropecuario santafesino elaborado por el Ministerio de la Producción indica que en la actual campaña “algunos productores que tienen convenios con empresas exportadoras han sembrado alrededor de 5.000 hectáreas con maíz pisingallo”.

En otras épocas, según datos suministrados por el INTA Oliveros, la superficie alcanzaba las 10.000 hectáreas.

Un productor de Casilda, Enzo Traferri, comentó que aún no tiene definido si este año va a sembrar porque no hay buenas perspectivas.

“Los precios están muy bajos, apenas alcanzan los u$s 12 por quintal y prácticamente es lo mismo que hacer maíz común; además la tierra está un poco seca, así que eso también influye”, dijo y agregó que el maíz pisingallo supone más trabajo -a diferencia del común- porque rinde menos y “hay que sacarlo con la humedad justa, si no no explota”.

Por su parte Sergio Di Pego, productor y fraccionador de la localidad de Coronel Domínguez, al sur de Rosario, explicó que los bajos precios se dan por el crecimiento de la producción y la rigidez de la demanda. “En los últimos dos años el cultivo se extendió demasiado; como había buenos precios muchos productores sembraron sin tener contrato previo con las empresas procesadoras y luego no tenían a quién venderle el grano, porque la demanda tiene un límite. Entonces los compradores se abusaron y empezaron a pagar mucho menos”, protestó y estimó que “ahora la superficie se contrajo a niveles casi normales, pero tendría que bajar más”.

Al respecto, el ingeniero Hugo Pedrol, del INTA Oliveros, comentó que “el pisingallo es noticia cuando tiene buenos precios”.

El experto precisó que se trata de un cultivo que rinde mucho menos que el tradicional -entre 30 y 45 quintales- pero puede valer entre 4 o 5 veces más.

Por lo general, la siembra se realiza mediante un convenio entre el exportador -orientado a los principales destinos como EE.UU. y Brasil- y el productor, por el cual la empresa le suministra las semillas y pactan un precio de cosecha.

Los valores están presionados por el desequilibrio entre el crecimiento del stock en años anteriores y la rigidez de la demanda. Los productores que se dedican sistemáticamente a este cultivo manifiestan que se debe al oportunismo de algunos que, cuando los precios eran buenos, sembraron sin tener convenio con los compradores y luego debieron desprenderse de los granos “a cualquier precio”.

El último informe de situación del sector agropecuario santafesino elaborado por el Ministerio de la Producción indica que en la actual campaña “algunos productores que tienen convenios con empresas exportadoras han sembrado alrededor de 5.000 hectáreas con maíz pisingallo”.

En otras épocas, según datos suministrados por el INTA Oliveros, la superficie alcanzaba las 10.000 hectáreas.

Un productor de Casilda, Enzo Traferri, comentó que aún no tiene definido si este año va a sembrar porque no hay buenas perspectivas.

“Los precios están muy bajos, apenas alcanzan los u$s 12 por quintal y prácticamente es lo mismo que hacer maíz común; además la tierra está un poco seca, así que eso también influye”, dijo y agregó que el maíz pisingallo supone más trabajo -a diferencia del común- porque rinde menos y “hay que sacarlo con la humedad justa, si no no explota”.

Por su parte Sergio Di Pego, productor y fraccionador de la localidad de Coronel Domínguez, al sur de Rosario, explicó que los bajos precios se dan por el crecimiento de la producción y la rigidez de la demanda. “En los últimos dos años el cultivo se extendió demasiado; como había buenos precios muchos productores sembraron sin tener contrato previo con las empresas procesadoras y luego no tenían a quién venderle el grano, porque la demanda tiene un límite. Entonces los compradores se abusaron y empezaron a pagar mucho menos”, protestó y estimó que “ahora la superficie se contrajo a niveles casi normales, pero tendría que bajar más”.

Al respecto, el ingeniero Hugo Pedrol, del INTA Oliveros, comentó que “el pisingallo es noticia cuando tiene buenos precios”.

El experto precisó que se trata de un cultivo que rinde mucho menos que el tradicional -entre 30 y 45 quintales- pero puede valer entre 4 o 5 veces más.

Por lo general, la siembra se realiza mediante un convenio entre el exportador -orientado a los principales destinos como EE.UU. y Brasil- y el productor, por el cual la empresa le suministra las semillas y pactan un precio de cosecha.

Los valores están presionados por el desequilibrio entre el crecimiento del stock en años anteriores y la rigidez de la demanda. Los productores que se dedican sistemáticamente a este cultivo manifiestan que se debe al oportunismo de algunos que, cuando los precios eran buenos, sembraron sin tener convenio con los compradores y luego debieron desprenderse de los granos “a cualquier precio”.

El último informe de situación del sector agropecuario santafesino elaborado por el Ministerio de la Producción indica que en la actual campaña “algunos productores que tienen convenios con empresas exportadoras han sembrado alrededor de 5.000 hectáreas con maíz pisingallo”.

En otras épocas, según datos suministrados por el INTA Oliveros, la superficie alcanzaba las 10.000 hectáreas.

Un productor de Casilda, Enzo Traferri, comentó que aún no tiene definido si este año va a sembrar porque no hay buenas perspectivas.

“Los precios están muy bajos, apenas alcanzan los u$s 12 por quintal y prácticamente es lo mismo que hacer maíz común; además la tierra está un poco seca, así que eso también influye”, dijo y agregó que el maíz pisingallo supone más trabajo -a diferencia del común- porque rinde menos y “hay que sacarlo con la humedad justa, si no no explota”.

Por su parte Sergio Di Pego, productor y fraccionador de la localidad de Coronel Domínguez, al sur de Rosario, explicó que los bajos precios se dan por el crecimiento de la producción y la rigidez de la demanda. “En los últimos dos años el cultivo se extendió demasiado; como había buenos precios muchos productores sembraron sin tener contrato previo con las empresas procesadoras y luego no tenían a quién venderle el grano, porque la demanda tiene un límite. Entonces los compradores se abusaron y empezaron a pagar mucho menos”, protestó y estimó que “ahora la superficie se contrajo a niveles casi normales, pero tendría que bajar más”.

Al respecto, el ingeniero Hugo Pedrol, del INTA Oliveros, comentó que “el pisingallo es noticia cuando tiene buenos precios”.

El experto precisó que se trata de un cultivo que rinde mucho menos que el tradicional -entre 30 y 45 quintales- pero puede valer entre 4 o 5 veces más.

Por lo general, la siembra se realiza mediante un convenio entre el exportador -orientado a los principales destinos como EE.UU. y Brasil- y el productor, por el cual la empresa le suministra las semillas y pactan un precio de cosecha.

Juan Manuel Fernández (corresponsal de Infocampo en Santa Fe), Cristian Pérez Barceló (corresponsal de Infocampo en Mendoza)

Alertas Infocampo por Whatsapp

Ingresa tus datos y número de WhatsApp en nuestro formulario para comenzar a recibir alertas personalizadas del sector agropecuario.
¡Mantente al tanto de las últimas noticias y actualizaciones en tiempo real!

Seguí leyendo:

Temas relacionados: