“Los productos biológicos están siendo utilizados como una complementariedad a los químicos y no con una mirada de reemplazo”, subrayó Facundo Ramos, líder del laboratorio de I+D de Rizobacter Argentina, durante FARO; el Foro sobre aplicaciones eficientes que tuvo lugar en la ciudad de Rosario a fines de octubre.
En la actualidad, los biocontroladores se utilizan para proteger a los cultivos de la incidencia de plagas y enfermedades. Además, tienen múltiples mecanismos de acción que retrasan la aparición de resistencias en comparación con las alternativas químicas.
Además, a las excelentes características agronómicas se suma el hecho de que están alineados a las demandas crecientes de la sociedad en cuanto a una agricultura más sustentable y con una menor carga ecotoxicológica por hectárea.
Ramos planteó la importancia que tienen estos insumos para la agricultura, resaltando que “no es lo mismo” aplicar en el lote un biológico que un químico.
“Cuando hablamos de biológicos estamos aplicando un insumo que generalmente contiene organismos vivos, por lo que debemos extremar los cuidados”, explicó.
Por lo tanto, si se expone una bacteria a temperaturas extremas, alta radiación y condiciones de muy baja humedad relativa, puede estresarse y reducir de esta manera su efectividad.
“Es clave adoptarlo en condiciones ambientales favorables; pero además recomendamos el uso de formulaciones de alta calidad y el acompañamiento de coadyuvantes de alta calidad que le brinden a la aplicación el éxito buscado”, indicó Ramos en diálogo con Infocampo.
BIOLÓGICOS COMO COMPLEMENTO
Hay personas que perciben los bioinsumos de uso agrícola como una forma de reemplazo de los productos químicos o agroquímicos. Esta visión es cuestionable, y si se quiere, poco ambiciosa, ya que limita las enormes posibilidades que genera la combinación de ambos tipos de producto.
“Son tecnologías independientes, pero como técnicos tenemos la responsabilidad de combinarlas de la mejor manera, integrándolas para generar una complementariedad o sinergia”, advirtió el entrevistado.
Sin embargo, la primera limitante es la compatibilidad. “No podemos aplicar conjuntamente cosas que no tengan compatibilidad. Pero podemos pensar en la aplicación simultánea de tecnologías que tengan efectos complementarios y que sean compatibles entre sí”, sostiene el líder de I+D.
En esa línea, reconoció que un ejemplo claro de complementariedad es cuando se aplica un herbicida selectivo que genera un determinado estrés en el cultivo, produciendo fitotoxicidad. “En este caso, sumarle al herbecida químico un anti-estresante biológico compatible, permite reducir el impacto fisiológico que tiene la aplicación sobre el cultivo”, destacó Ramos.
Por otra parte, trajo al debate el tema de La Chicharrita. En este caso, dijo que su control “se nos escapó utilizando solo insecticidas convencionales”, y advirtió que los hongos entomopatógenos, como Beauveriabassiana, “han demostrado ser un complemento eficaz para mejorar el control de esta adversidad que tanto daño nos causó”, manifestó.
GRANDES AVANCES
En tanto, cuando se hace una lectura desde el punto de vista académico o científico, se destaca que en los últimos años hubo algunos avances en la biología, sobre todo en el campo de la genómica y de la Inteligencia Artificial (IA), que permitieron interpretar la gran cantidad de datos que la genómica genera. Este punto le abre un mayor potencial a los productos biológicos.
“Eso que parece medio raro, medio ciencia ficción, en realidad nos está abriendo las puertas a poder generar proteínas de diseño para cumplir con funciones fisiológicas específicas”, comentó el especialista.
En esa línea, sostuvo que la función fisiológica puede afectar a un insecto y actuar como insecticida ó afectar a una planta y actuar como herbicida.
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“Es una forma similar a la que hacemos con los químicos, pero en este caso con los biológicos, que es una clara tendencia que está tomando forma”, indicó.
La potencialidad en la adopción y el crecimiento que se visualiza en biológicos se explica en varios puntos.
“Hoy tenemos normativas vigentes que impulsan su utilización, hay limitaciones de otras tecnologías que necesitan la colaboración de los biológicos, se reclama la protección del ambiente por parte de la sociedad y es una tecnología muchas veces más económica”, concluyó el entrevistado.
Las enumeradas por Ramo son algunas de las razones del crecimiento de estos bioinsumos en el campo, que se alinean a los temas expuestos en la primera edición de Faro en Rosario.