En 2022, si bien las exportaciones de carne vacuna cerrarán sobre los U$s 3.500 millones -de acuerdo al sector privado- la industria consideró que el próximo será complejo para la actividad.
Variables como la caída en el precio de la tonelada despachada a China y Europa, además de una sequía que impacta en el desempeño productivo, configuran un escenario desafiante para la actividad.
A mediados del primer semestre del año, las cotizaciones rozaban valores récord. Los importadores europeos pagaban U$S 17.000 la tonelada, mientras que en China cortes como garrones y brazuelos superaban los U$S 8.500.
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“La realidad, para los primeros meses del año entrante, nos depara precios entre 30% y 40% inferiores”, advirtió Mario Ravettino, presidente del Consorcio Exportador de Carnes ABC. El directivo remarcó que mientras estos destinos pagaban esas cifras, aparecieron en escena los denominados operadores sin plantas.
“Están para apropiarse de los beneficios pero desaparecen cuando hay que enfrentar las pérdidas, causan una distorsión inaceptable en los mercados”; remarcó.
MEJORES CONDICIONES PARA EXPORTAR
Para 2023, uno de los desafíos de la industria exportadora pasará por la competitividad. “En el actual contexto de precios deprimidos y una demanda más selectiva, Argentina no solo debe disponer del producto, sino también ser capaz de poder colocarlo en el mercado en condiciones similares a los de los principales competidores“, puntualizó el titular de ABC.
En este pelotón de competidores, se destacan Brasil, Uruguay, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. A diferencia de Argentina, Ravettino sostuvo que no deben enfrentar restricciones al momento de planificar sus exportaciones.
“Los precios actuales ofertados por los importadores, junto con las regulaciones específicas que afectan al comercio exterior de carne bovina, determinan una fuerte disminución de la competitividad de nuestros exportadores“, señaló.
Y agregó: “De mantenerse estas condiciones, comenzarán a ceder posiciones en la participación relativa en las compras chinas de carne bovina”.
EL IMPACTO DE LA SECA
Según señaló la entidad, las condiciones climáticas de extrema sequía en muchas zonas ganaderas del país provocado una sobreoferta de hacienda para faena en buena parte del año 2022.
Esta situación podría revertirse cuando empiece a normalizarse el régimen de lluvias, situación que generará condiciones para que los ganaderos empiecen a retener hacienda.