En 2023, las exportaciones de carne vacuna cerrarán con un ingreso de divisas de U$S 2.750 millones, lo que en comparación al año pasado representa una caída del 28%; es decir, unos U$S 1.050 millones menos.
De acuerdo al Ieral de la Fundación Mediterránea, se trata del menor aporte de divisas por parte de este complejo en los últimos cuatro años, apenas por encima de 2018.
Esto, pese a que los volúmenes de ventas al exterior serán récord.
¿El problema? La foto del negocio ganadero muestra que si bien este año cierra con otro crecimiento en los volúmenes despachados, el valor de la tonelada exportada cae un 30% interanual.
LOS DATOS DE LAS EXPORTACIONES DE CARNE
Los autores del análisis, Juan Manuel Garzón y Franco Artusso calcularon que se ubica por debajo de la media en los últimos cinco años. “Se trata de uno de los valores más bajos de los últimos 20 años”, advirtieron.
El grueso de la facturación de 2023 correspondió a carne deshuesada, que concentró el 89% de los ingresos, a razón de U$S 214 millones al mes. El segundo lugar fue para la venta de huesos y carne con hueso (U$S 15,3 millones mensuales) y un 4,7% para menudencias, con U$S 11,3 millones por mes.
Medido por volumen, el 70% correspondió a carne deshuesada (44.800 toneladas/mes); un 17% de huesos y carne con hueso (10.500 toneladas/mes) y el 13% restante fueron menudencias, con 8.300 toneladas mensuales.
EVOLUCIÓN DE LAS VENTAS
Más allá del dato que China sigue siendo el mercado excluyente para la carne vacuna argentina, el informe del Ieral analiza como evolucionaron las ventas de los frigoríficos exportadores en los últimos cinco años.
En este período, el crecimiento en volumen fue impulsado en gran medida por huesos y carne congelada con hueso, sobre todo en el cso de los huesos. Cabe destacar que se trata de un subproducto de la faena que comenzó a ser demandado -y valorado- por el mercado asiático.
Por el lado de los productos de mayor valor, como el caso de cortes deshuesados, enfriados y congelados, explicaron que se muestran más estabilizados en el período.
Según las estadísticas que manejan Garzón y Artusso, entre 2019 y 2023 los volúmenes exportados totales del complejo crecieron al 4,3% promedio anual.
En este contexto, los envíos de carne deshuesada crecieron al +0,7% anual y los de menudencias se contrajeron al 2%. La diferencia holgada vino por el lado de los despachos de huesos y carne congelada con hueso, que avanzaron al 72% anual.
PERSPECTIVAS EN EL CORTO PLAZO
En el corto plazo -cierre del año y primeros meses de 2024- los especialistas consideraron que el flujo de ventas estará condicionado a partir de a evolución de una serie de factores vinculados al comercio exterior, la producción y las variables económicas.
Los exportadores estarán atentos a la evolución de la demanda en China, tanto en volúmenes como precios. Cualquier variación negativa en el gigante asiático genera ruidos en el negocio frigorífico nacional.
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Otro dato que preocupa es la evolución del ciclo ganadero y el flujo de animales que se destinarán a faena. En este punto, se espera que la actividad transite un ciclo marcado por la menor disponibilidad de cabezas vacunas.
Las variables políticas y económicas también forman parte de este combo de expectativas. Así, se esperan definiciones sobre el tipo de cambio, la eliminación de los derechos de exportación -esta cadena de valor tributa un 9%- y la eliminación de restricciones a las exportaciones de determinados cortes, entre otros temas.