En la recta final de la campaña presidencial, el ministro de Economía, Sergio Massa, está lanzado de lleno con anuncios y medidas para contener la inflación y buscar que los bolsillos no lleguen tan castigados a las elecciones del próximo 22 de octubre. En ese camino, una de las espirales que busca frenar es la de los precios de la carne.
Las fuertes subas de la hacienda en las últimas semanas han encendido las alertas, a tal punto que, según un informe difundido por el Instituto de Estudios (IERAL) de la Fundación Mediterránea, agosto podría ser el mes con mayor suba en el precio de la carne de los últimos 18 años.
“Las consultoras están advirtiendo de una importante aceleración del ritmo de crecimiento de los precios en lo que va de agosto. Tiene mucho que ver con la devaluación post PASO y la incertidumbre que ha generado el resultado electoral, pero también con otros factores puntuales, caso del gran aumento mostrado por el precio de la carne bovina”, señala el reporte elaborado por los economistas Juan Manuel Garzón y Franco Artusso.
LA INFLACIÓN EN LOS PRECIOS DE LA CARNE
Según los investigadores, si bien no se cuenta todavía con estadísticas oficiales que precisen el aumento que ha tenido la carne, “se estima que su precio podría haber llegado a $ 3.100 por kilo hacia fines de la tercera semana de agosto”.
Se trata de un promedio del valor de 18 cortes, con una variación desde el arranque del mes del orden del 55-60%.
“Por efecto sustitución, es de esperar que las otras carnes y proteínas animales también hayan tenido aumentos significativos”, adelantaron. Y pusieron el foco en el impacto dentro de los presupuestos de cada familia.
“El gasto medio en proteínas animales ronda el 8% del gasto total (en el promedio, incluyendo las 3 carnes, chacinados, huevos, hamburguesas procesadas, etc.). Tomando este último porcentaje como referencia, y trabajando con un aumento de precios consumidor de este grupo de productos de entre el 40% y 50%, el aporte a la inflación de agosto podría estar en un rango de entre 3,2 y 4,0 puntos porcentuales”, detallaron.
“Si bien resta la última semana del mes, que definirá si se mantiene o no el salto de precios, es muy probable que en agosto 2023 se observe el mayor salto de precios en términos reales de la carne bovina de al menos los últimos 18 años (2005-2023)”, vaticinaron.
Se trataría del mayor aporte a la inflación de este producto en la medición de los organismos oficiales.
“Por detrás de la fuerte suba de precios consumidor de carne bovina, está un gran aumento en el precio de los animales en pie. Entre la tercera semana de julio y la tercera semana de agosto, el precio del novillito en el Mercado de Cañuelas (ex Liniers) subió un 70%”, precisaron.
¿POR QUÉ SUBIÓ LA HACIENDA?
Para los técnicos de IERAL las razones no son lineales. “Los factores que explican la suba de precios de la hacienda no son tan evidentes”, afirmaron.
Entre las hipótesis se encuentran:
- Un posible desequilibrio por cuestiones estacionales entre la oferta y demanda de animales con destino exportación.
- La necesidad de recomponer márgenes en los feedlots. Aquí ponen el foco en la afección que generó el Dólar Maíz.
- Un “past through” muy completo y rápido de la devaluación post PASO a los precios de la hacienda por retracción y/o menor disponibilidad de animales.
“Hasta la tercera semana de julio el precio del novillito en el Mercado de Cañuelas era de $ 500 por kilo en pie. Solo un mes después, durante la tercera semana de agosto, ya estaba en $ 856 / kilo (+70% nominal)”, apuntaron.
“También en el caso de la hacienda la escalada en el precio comenzó entre la última semana de julio y la primera de agosto y recibió su mayor impulso durante la semana post PASO (+32% nominal semanal)”, sumaron.
Y comentaron que “de mantenerse el precio durante la última semana del mes, el novillito estará promediando $ 750 por kilo en agosto, un aumento del 48% nominal y del 32% real respecto al mes de julio”.