Durante el encuentro se decidió firmar un Acta de Compromiso con el objeto de darle un marco formal a las coincidencias a que las que han arribado durante el plazo de 90 días que otorgó el titular de la cartera agropecuaria.
Oscar Domingo Relmó, ex presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos y director de Relmó S.A comentó, en Infocampo radio, su visión respecto al controvertido y extensamente debatido tema del pago de regalías por innovación tecnológica.
Para Relmó, el Secretario de Agricultura, Miguel Campos, está firmemente decidido a resolver la cuestión. “Ha hablado con claridad, ha dicho que hay que darle una solución al tema”, agregó, “la ilegalidad en el comercio de semillas de trigo y soja llega hoy al 80%, realmente es una cifra escandalosa que no permite la incorporación de tecnología, no permite la generación de nuevas formas de producir tecnología y realmente nos impide trabajar”.
Asimismo, consideró que el conflicto alrededor de las semillas atraviesa por el punto más crítico de la historia ya que, en algún momento, se llegó a tener casi el 50% de las semillas fiscalizadas (semillas legales), mientras que hoy, este porcentaje bajó estrepitosamente. “El Secretario lo ha entendido, él tiene que darle una solución a esto, es el comisionado técnico del gobierno y no puede mirar para otro lado”, observó. Según Relmó, Campos ha tomado el tema con seriedad, por lo que se está transitando el buen camino.
Respecto al Acta de Compromiso firmada, expuso que “el acuerdo refleja por lo menos los puntos principales de todo esto” y enfatizó que “aquí no puede haber acuerdo si no hay una limitación al uso propio, gratuito, de la semilla, que es hoy el corazón del problema de la ilegalidad”. Explicó que la semilla ilegal es aquella semilla no fiscalizada, “una bolsa blanca que no tiene responsables pero que hace uso de toda la tecnología que los que estamos en el circuito legal brindamos y obtenemos”.
Daniel Díaz, conductor de Infocampo radio, consideró que aquellas empresas que han destinado recursos a favor de la tecnología deberían poder recuperar su inversión. “Es escandaloso que se comercialice tanto en negro”, sostuvo, “en un negocio que es vital para la República Argentina”. A la vez, manifestó que todo el caudal de tecnología que tienen estas empresas no será volcado al mercado hasta que la situación no se defina.
En cuanto a las posibilidades de resolver el conflicto, Relmó expuso que “en eso estamos trabajando”. Aseguró que, como representante del sector privado de producción de semillas realizó, durante los últimos meses, grandes esfuerzos a favor de la definición final del tema. “Estamos trabajando en un marco que permita la incorporación de las nuevas tecnologías”, explicó. “Estamos tratando de dar un marco de seguridad para que aquellos que han hecho esas inversiones puedan venir a la Argentina y poner a disposición de los productores esa tecnología”.
Por otro lado, sostuvo que el conflicto está atravesando un período realmente delicado. Manifestó que “hoy estamos realmente en un momento crucial, a la Argentina le han sido cortados los víveres de provisión de tecnología, sobre todo en soja”. Aseguró que los proveedores de genética tradicional “han dicho basta con la Argentina”, ya que al tener el país sólo un 20 % de semillas legales, no puede considerarse como un mercado confiable. “Lo digo con total conocimiento y desde adentro del negocio”, agregó, “nosotros somos parte de él y estamos hoy con una barrera, ya no confían en el encuadre legal que tiene el negocio de las semillas en la Argentina y no nos mandan más variedades, ni material genético”.
Daniel Díaz resaltó la gravedad de este hecho, dada la relevancia estratégica de la soja para el país y expuso que, si en el año 1996 un secretario de agricultura no hubiese firmado la aprobación de la soja RR, en el 2001 el país hubiera “caído al abismo”. Para Relmó, el problema radica en que esas tecnologías, que hoy aún están vigentes, son utilizadas por muchos productores “creyendo que son suyas”.
Finalmente, sostuvo que los argentinos deben sentirse orgullosos de la alta competitividad del país en relación al cultivo de soja, lo que “le ha permitido a este consejo oleo-industrial argentino mostrarse con insolencia al mundo” y le permitió sobrellevar la crisis del 2001 y del 2002. “Hay que insistir en esto porque hay mucho trabajo de todos los productores”, agregó, “de toda la cadena, de las espectaculares inversiones alrededor de Rosario, que han hecho de eso un polo que es orgullo para la Argentina y que es único en el mundo”.
