Estados Unidos prohibirá el uso de clorpirifós, un pesticida utilizado desde 1995 en la producción de frutas y verduras en el país norteamericano.
El motivo, según se explicó, es que el producto estaría vinculado al “daño cerebral en los niños”.
Pese a ser uno de los más vendidos para el control de plagas en el país norteamericano, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) advirtió esta semana sobre la restricción del uso. La regulación entrará en vigencia dentro de seis meses y frenará el uso agrícola del químico que se aplica comúnmente en maíz, soja, manzanas, brócoli, espárragos y otros cultivos.
Según Michael S. Regan, director de EPA, “poner fin al uso de clorpirifós en los alimentos ayudará a garantizar que los niños, los trabajadores agrícolas y todas las personas estén protegidos de las consecuencias potencialmente peligrosas de este pesticida”.
Organizaciones ambientales y grupos que representan a trabajadores agrícolas, como EarthJustice, han vinculado a este producto como responsable de la perdida de peso en recién nacidos, coeficiente intelectual reducido y otros problemas en el desarrollo de niños
Sin embargo, el clorpirifós se usa y comercializa a una gran mayoría de países latinoamericanos como Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Venezuela, Uruguay y Paraguay.
En Argentina
Según la Resolución 414/2021, publicada hace un par de semanas atrás en el Boletín Oficial por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a partir de 2023 estará prohibido el uso de productos fitosanitarios formulados a base de clorpirifós metil y clorpirifós etil en Argentina.
En esta línea, el organismo sanitario dispuso la prohibición para importar este principio activo a partir de los próximos 45 días, la prohibición para elaborarlo y fraccionarlo a nivel local en un plazo máximo de 90 días y la prohibición de comercialización y uso a partir de los 455 días desde que entre en vigencia la Resolución.
Sin embargo, la única excepción para estas disposiciones son aquellos casos en que este agroquímico sea fabricado para su exportación.
Según explicó el Senasa, el principio activo clorpirifós “está siendo sometido a procesos de revisión de registro en muchas agencias regulatorias del mundo”. En ese marco, indicó que la Dirección de Agroquímicos y Biológicos “ha realizado una revisión integral de antecedentes científicos sobre los riesgos para la salud humana asociados a esta sustancia activa que incluyó los resultados de nuevos estudios de toxicología crónica”.
“Como resultado de la revisión de antecedentes, la Dirección actualizó los parámetros toxicológicos crónicos y los coeficientes de seguridad que determinan la ingesta diaria admisible utilizada para realizar los análisis de riesgo al consumidor, de los usos aprobados del clorpirifós. Como resultado del análisis, resulta necesario restringir los usos agrícolas aprobados”, concluyó.