Foto: Twitter Joaquín Oliverio (@chalaoliverio)
El Ingeniero Agrónomo Joaquín Oliverio, vive desde 2014 en la localidad estadounidense de Little Rock. Hace aproximadamente tres años administra campos de una empresa agropecuaria en los Estados de Luisiana, Arkansas y Misisipi. Este fin de semana conversó en el programa “Nuestra Tierra”, que se emite por Radio Colonia, y explicó como es la situación que vive el país norteamericano.
“En el sur estamos con problemas climáticos desde la cosecha pasada, dado que ya en agosto de 2018 comenzaron a llover valores que estaban muy por encima de lo normal. Acá se hace riego por surcos y las labores de cama de siembra se tienen que hacer en otoño, pero no se pudieron hacer y eso generó que ya arranquemos tarde en esta campaña”, indicó Oliverio.
Cabe destacar que el USDA informó que se lleva sembrado el 58% del área apta de maíz, cuando en la campaña pasada a esta misma fecha ya se había implantado el 90%. “Es el retraso más importante de siembra de la historia del país”, comentó. (En pocos minutos de esta publicación se conocerá el informe del USDA sobre el estado de los cultivos y el avance de siembra norteamericana).
Y continuó: “En el cinturón maicero comenzó a ponerse muy difícil en abril, que es justo el momento donde se inician las labores de siembra, y ahora están muy complicados. El USDA proyectó en febrero cerca de 38 millones de hectáreas para sembrar de maíz. Hoy los más optimistas recortaron 2 MHa y los más pesimistas están hablando entre 4 y 6 MHa”.
“Pero el otro tema importante son los rindes, porque el USDA estimó un promedio nacional de maíz de casi 11 toneladas por hectárea, y cumplir eso va a ser prácticamente imposible, porque las siembras que se puedan realizar se van a hacer en junio, y esas ya te arrancan con un 10 o 12% de menor potencial”, explicó el argentino.
La otra cuenta que hace el ingeniero es que “las implantaciones de fines de mayo ya tienen entre 200 y 250 milímetros arriba, donde los primeros estadíos de maíz van a estar complicados por falta de oxígeno en los suelos por exceso de agua; o el nivel de fertilizante de nitrógeno, que se usa mucho en primavera temprano, ya tuvieron problemas de lixiviación. Todos eso problemas van a influir en los rendimientos y no creo que se pueda llegar a los 11.000 kilos por hectárea que pronosticaba el USDA”.
Haciendo números apresurados, y siguiendo lo que Oliverio destacó, si el rinde promedio cae 1.000 kilos por hectárea (tantos en los maíces de fines de mayo como en los de junio), de las 11 toneladas por hectárea estimadas de producción a principio de año, se recolectarían 10 toneladas por hectárea (en el mejor de los casos).
La superficie destinada a maíz de grano comercial estimada por el USDA en el último informe (10 de mayo) fue de 37,55 Mha. Si a ello le quitamos 4 Mha (promedio proyección optimista y pesimista), la producción total estadounidense de maíz sería de 335,5 millones de toneladas, cuando el propio organismo había estimado en mayo 381,7 MTn.
Resumiendo, Estados Unidos perdería más de 46,2 millones de toneladas de maíz durante esta campaña, de cumplirse esos pronósticos.
“Todos sabemos el potencial que tiene Estados Unidos, y si nos remontamos a mayo de 2013, los farmers pudieron sembrar casi 17 millones de hectáreas en sólo una semana. Con las corridas en los mercados que hizo el maíz, yo calculo que hasta mediados de junio los productores van a esperar para tratar de hacer el cereal”, argumentó Oliverio.