En tiempos convulsionados por el avance del coronavirus, los productores americanos definen la siembra y los mercados de commodities agrícolas se encuentran próximos a recibir una nueva dosis de información crucial, relativa al devenir de la oferta mundial de soja y maíz.
El USDA, siguiendo su agenda tradicional, publicará este martes (13:00 hs. Arg.) el reporte de intención de siembra de cara al ciclo 2020/21 y con ello dejará planteado un posible escenario respecto al potencial productivo del país del norte. Las estimaciones privadas apuntan a un marcado aumento de superficie para ambos cultivos.
Planificación de siembra y pandemia
Este año, los farmers encaran una nueva campaña marcada por más dudas que certezas. Junto al tradicional riesgo climático y el devenir de la guerra comercial con China, se sumó el “cisne negro” de la pandemia. En estos momentos, el mundo entero enfrenta un evento atípico, una rareza de gran impacto, cuyos efectos y desarrollo están escapando a lo que podría haberse entendido como “el curso esperado de los acontecimientos”.
Frente al avance del virus, los gobiernos han optado por profundizar la aplicación de medidas de distanciamiento social y las restricciones al comercio, la producción y el transporte, ante el temor de un colapso sanitario (tal como ha acontecido en zonas de España e Italia). Este accionar ha desatado una profunda parálisis en la economía mundial y ha puesto en jaque su devenir futuro. Este shock atípico, ha tenido lugar en un mundo que gozaba de buenos signos vitales en materia económica, en principales países (crecimiento global, desempleo en mínimos históricos en EE.UU., etc.). En tanto, para intentar paliar los efectos negativos, principales gobiernos y bancos centrales lanzaron una batería de medidas.
En materia de mercado de commodities, todo esto se tradujo en un deterioro en los precios del crudo (combinado con otros factores) y en debilidad de las cotizaciones de la soja y el maíz. La caída en la demanda interna del cereal en EE.UU. para producción de etanol, y la ausencia de perspectivas alentadores condiciona la recuperación de los valores en el mercado mundial de referencia. A la vez, el deterioro en las proyecciones de crecimiento mundial ha puesto en duda la reactivación de la demanda externa en el país del norte para soja y maíz, y el cumplimiento de los compromisos firmados por China (si bien los derrumbes recientes en los precios incitaron compras desde el gigante asiático).
En la contracara aparecen algunas repercusiones positivas en materia de precios, si bien los mismos permanecen deteriorados. Estas se vinculan a posibles disrupciones en el abastecimiento desde Sudamérica, producto de restricciones impuestas por gobiernos locales y exigencias sindicales. En particular, en la última semana, los valores de la soja en Chicago han encontrado respaldo en una marcada suba de la harina, ante crecientes temores respecto al suministro desde Argentina. Es en este complejo contexto en el que el productor americano deberá cerrar sus planes de siembra.
El USDA podría anticipar un marcado aumento en área de soja y maíz
Este martes, el relevamiento de intención de siembra realizado por el organismo aportará nuevos datos sobre el escenario de la nueva campaña. Según se anticipa, el USDA podría arrojar destacadas superficies para maíz y soja, abonando las perspectivas de un holgado potencial productivo en el país del norte, para el ciclo 2020/21.
Pasando a los números, al tomar una encuesta realizada por Reuters, en promedio, el mercado ha estimado que la intención podría anunciarse en torno a 38,17 mill. has. para maíz y 34,34 mill. has. para soja. Estos datos no solo darían cuenta de una recuperación respecto al golpe sufrido el año pasado, sino que podrían dejar un panorama más prometedor, en términos productivos, que el de la campaña 2016/17.
Un simple ejercicio permite llevar estos valores de superficie a volumen de producción y cuantificar la magnitud que podría adquirir el nuevo ciclo americano. En este sentido, si se aplican los promedios de pérdidas de área y rindes de las últimas campañas (que no sufrieron eventos climáticos extremos), se llega a una producción aproximada para maíz de 386 mill. tn. y de soja de 115 mill. tn. Así, queda planteado un posible escenario -muy holgado- en caso de no mediar mayores complicaciones climáticas.
Producción y precios
La posibilidad de que se concrete el escenario productivo descripto podría imponer fuertes desafíos a la demanda, en un mercado mundial que, de no mediar mayores disrupciones en las cadenas de suministro, permanece muy bien abastecido.
Por una parte, en soja, recordamos que Brasil transita la cosecha de una campaña récord, que estaría superando los 125 mill. tn. Mientras que en Argentina, más allá del deterioro por clima, el volumen superaría los 50 mill. tn. En tanto, los stocks para lo que resta del ciclo, permanecen holgados en EE.UU.
Por otra parte, en maíz, el escenario podría resultar bastante similar. Buenos volúmenes en Brasil y Argentina, próximos a 100 mill. tn. y 50 mill. tn., respectivamente (si bien el país vecino la siembra de segunda podría sufrir alguna caída en área). Y, en EE.UU., se mantienen buenos niveles de stocks para cubrir las necesidades en los meses restantes.
Así, la posibilidad de que este martes el USDA abone la hipótesis de holgado potencial productivo en EE.UU., sumaría otro elemento que podría diluir las probabilidades de que los precios logren encontrar un sendero de recuperación sostenida en el corto plazo, de no mediar cambios en otros fundamentos.
De todas formas, en materia de siembra en EE.UU., el final aún permanece abierto. Considerando que el productor americano cierra decisiones de siembra en momentos de gran incertidumbre, es probable que la relación de precios a cosecha continúe siendo seguida de cerca durante la época de implantación. Por esto, no habría que descartar alguna posible alteración respecto de las proyecciones iniciales que aportará el USDA mañana.
*Por Lic. Ariel R. Tejera
Responsable Dpto. de Análisis de Mercados Grassi S.A.
www.grassisa.com.ar